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Venezuela: mi bien amado
En realidad soy una persona a la que le gusta hablar poco sí misma; sin embargo, en esta ocasión voy a expresar mis sentimientos hacia Venezuela.
He vivido en varios países a los cuales estoy profundamente agradecida, respeto y admiro, a los que aprendí a querer, pero mi amor por Venezuela es de una profundidad que pareciera no tener fondo. Es el lugar al que cada día, mis recuerdos y sentires visitan y de los cuales mi alma jamás se ha alejado.
He tenido la inmensa fortuna de tener unas familias materna y paterna cuyos miembros, cada uno en su campo profesional, han trabajado a favor de Venezuela; algo de lo cual me siento muy orgullosa.
Durante la campaña electoral de 1998 me di cuenta que lamentablemente Hugo Chávez, quien siempre fue un líder populista y asociado a Fidel y Raúl Castro, no le traería al país el bien y el remozamiento de la democracia que todos esperábamos. Traté de abrirle los ojos a mucha gente que no quiso oír, la respuesta siempre fue: «Venezuela no es Cuba», «no vale no lo creo».
Lo sucedido el 11 de abril de 2002 fue la agudización de una lucha, cuya polarización se intensificó, de ahí en adelante la declinación de la democracia en Venezuela y su transformación en una dictadura castrocomunista, que la llevaría a la realidad que hoy en día padece junto con su población.
Salí físicamente de Venezuela en 2005, pero mi corazón y mente se quedaron y continúan en Venezuela. Al levantarme y al acostarme lo primero y último que hago es buscar las noticias que hay sobre mi amada tierra.
De una muy buena amiga y compañera de trabajo recibí una invitación para inscribirme en Recivex, una organización de venezolanos residentes en el exterior, sin fines de lucro, que no recibe y a nadie le pide dinero, que participaba en actividades que el tiempo les permitía a favor de la democracia en Venezuela, y como música de fondo tenía el Alma Llanera, recuerdo que lloré a mares al oírla.
Decidí solicitar la inscripción. Desde ese día en adelante he dedicado en la medida de mis posibilidades y cumplimiento de obligaciones a defender la causa del regreso a la libertad y democracia para Venezuela desde esa y otras organizaciones que me han abierto las puertas.
Afortunadamente, hoy en día las organizaciones de voluntarios que luchan por la recuperación de la constitucionalidad y democracia de nuestro país se han multiplicado exponencialmente, también es que la emigración de los venezolanos es una realidad inocultable.
Para mí Venezuela siempre estará presente.