Un nuevo proyecto nacional
Arturo Uslar Pietri dijo hace 25 años: “si en este momento, por un azar infortunado del destino, los precios del petróleo bajaran, Venezuela sería un caso para la Cruz Roja Internacional, aquí vendrían a repartir sopas en las esquinas… Venezuela es un país políticamente muy inmaduro, que tiene un grave peligro y es que no tiene conciencia de sus debilidades, que no está haciendo nada para prevenir cualquier catástrofe… Aquí estamos discutiendo por Pedro o por Juan, pero no por la viabilidad de un proyecto nacional”. Hoy tiene más vigencia que nunca.
La situación es desesperada. El ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, Eulogio Del Pino, único funcionario del gobierno que actúa bajo cierta racionalidad económica, viene haciendo esfuerzos para lograr un compromiso de los países productores que permita subir los precios.
Incrementar los ingresos petroleros no está fácil. La geopolítica petrolera mundial no ayuda y el “modelo de negocio” petrolero venezolano tampoco.
Del Pino hace una semana dijo que si no se llega a un acuerdo en la reunión se va a celebrar en Argelia (encuentro efectuado el pasado miércoles) se va a iniciar una guerra de precios en la cual puedan colapsar a valores de menos de 20 dólares el barril. Si eso ocurriera, seríamos, sin duda, un caso para la Cruz Roja Internacional.
Rusia y Arabia Saudita compiten por ganar mercado, sacrificando altos precios, mientras Irán viene recuperando su producción que ya va por 3,6 millones bd. Rusos y saudís manifiestan su disposición a llegar a un acuerdo para garantizar la estabilidad de los mercados. En el pasado estos anuncios producían de inmediato un aumento en los precios. Esta vez no ha ocurrido así, lo que es una clara señal de que los mercados sienten que la sobreoferta se mantendrá.
Pero la tragedia que vivimos no se reduce solo a la caída en los precios del petróleo. Tenemos un problema adicional y es que la producción venezolana ha caído en unos 300.000 bd con respecto a 2015. Eso significa que el país está perdiendo $4,5 millardos.
La caída de la producción petrolera tiene su explicación en el “modelo de negocios” que ha privado en los últimos años y la distorsión cambiaria que acaba con cualquier incentivo de inversión. La falta de inversión está matando la producción y no habrá inversión mientras las empresas privadas que operan en asociación estratégica con Pdvsa tengan que cambiar los dólares que obtienen por la venta del petróleo en el BCV a una tasa de 10 Bs/$.
Del Pino ha planteado la necesidad de ir a un nuevo modelo con mayor participación del sector privado, ha reconocido el error que se cometió con las estatizaciones y ha diseñado tímidos incentivos para nuevas inversiones que no resuelven el problema.
Ha sido un error poner a la gallinita de los huevos de oro a financiar misiones sociales y a manejar empresas del Estado. Además, se ha endeudado para alimentar el gasto público y ha asumido deudas contraídas por el Ejecutivo (Fondo Chino). Pdvsa debería vender petróleo, recibir dólares y cambiarlos a un tipo de cambio real y no a 10 Bs/$ vía BCV, porque entonces no tiene como invertir y se descapitaliza.
La situación la tenemos muy difícil. Mientras todos los países petroleros aumentan su producción en el nuestro disminuye. Si las conversaciones entre los productores llegan a feliz término veremos un proceso complejo de negociación.
Arabia Saudita y Rusia ofrecerán bajar levemente su producción, con Irán se negociará para que no llegue a los 4 millones que producía antes de las sanciones y a Venezuela se le hará muy difícil regresar a los 2,9 millones de barriles históricos.
Nos hemos quedado rezagados en tecnología y hemos perdido mucho talento humano. Urge un nuevo proyecto nacional.
@PedroPabloFR