RCTV
«¡Vivir libre o vivir muerto! Porque es vida la muerte cuando se la encuentra en el camino del deber, mientras es muerte la vida cuando, para proseguir sobre la faz semi-histórica de los pueblos esclavizados, se ha renunciado al derecho a la integridad personal»
MARIO BRICEÑO IRAGORRY (Obras Selectas. El Caballo de Ledesma . Pg. 387)
Hoy, 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, el régimen -nada inocente, por cierto- que, amparado en el silencio cómplice de sus oponentes, parece haber creído su propio cuento de haber ganado las elecciones del pasado 3 de diciembre, por boca de la suprema y autoridad única de su gobierno, amenazó dar un nuevo zarpazo a la democracia venezolana esta vez violando derechos legítimos tanto del canal de televisión Radio Caracas TV, como de todos los venezolanos quienes constitucionalmente tenemos el derecho de informar y de ser informados.
Este nuevo episodio del histrionismo oficial en nada sorprende al pueblo venezolano todo, plenamente consciente de que la intención gubernamental es la de someternos a un sistema totalitario de las mismas características de la tiranía que por 48 años sojuzga al noble pueblo cubano.
A pesar de controlar férreamente todos los Poderes Públicos, la inseguridad de su posición jurídica hace que, en este caso, el régimen invoque la posible convocatoria a un referendo -supongo que consultivo- para ver si las mismas artimañas que ha utilizado, y tan buenos resultado les han dado en la casi totalidad de los procesos electorales celebrados a partir de 1999, le permitirán nuevamente el salirse con la suya y seguir «tan campante». Juego peligroso éste, pues el venezolano es un pueblo bravío que está harto de los engaños y abusos que ha venido padeciendo desde hace 8 años. Le recomiendo no se fie en el silencio cómplice que escucha, porque, de nuevo en palabras de Briceño Iragorry, «No se puede callar por prudencia ni en momentos de desarmonía social, cuando la palabra adquiere virtud de temeridad «.
Tampoco se confie en el apoyo circunstancial de los oportunistas de siempre, que nunca dejan de estar pendientes de las debilidades de sus aprovechados y cambian cual veletas al modificarse los vientos. Son, en efecto, con el mismo Don Mario, » Doctores del disimulo, con un pié en todas las causas, prestos siempre a pactar con quienes garanticen mayores oportunidades a sus ansias de permanencia en el disfrute de los réditos «.
¡Buen provecho!