Macri apunta a un giro en los equilibrios en Sudamérica
Diez años después de la cumbre de las Américas de 2005, en Mar del Plata, que supuso la ruptura con EEUU de los gobiernos de la izquierda latinoamericana, sobre todo Brasil, Argentina y Venezuela, las elecciones argentinas apuntan hacia un giro completo en los equilibrios regionales. El liberal Mauricio Macri, líder de la oposición y favorito para la segunda vuelta del 22 de noviembre, daría un vuelco de 180 grados a la política exterior de los Kirchner. Sobre todo con Venezuela, donde exige la liberación del opositor Leopoldo López.
La política exterior argentina, y con ella el equilibrio de poder sudamericano, va a cambiar en cualquier caso gane quien gane porque Daniel Scioli, el peronista apoyado por el kirchnerismo, tiene mejor relación con EEUU que Cristina Fernández de Kirchner y también ha prometido un acercamiento a la Unión Europea. Pero el giro con Macri será radical.
Mientras Scioli ha recibido el apoyo de líderes de la izquierda latinoamericana como Lula, Dilma Rousseff, Evo Morales o Rafael Correa, y ha evitado cualquier crítica al venezolano Nicolás Maduro, Macri va en otra línea bien diferente. “Nosotros vamos a tener una posición sensata con EEUU y también con Europa. Vamos a volver a las posiciones tradicionales de Argentina”, señala Fulvio Pompeo, portavoz de Macri en asuntos de política exterior.
La primera muestra de ese giro radical, en caso de que gane Macri, llegará con Venezuela, y en especial por el encarcelamiento de Leopoldo López, un asunto que divide a la región pero que no ha recibido aún una crítica formal de ningún gobierno latinoamericano.
En el radar del cambio de equilibrios latinoamericano están pues las elecciones argentinas y después las venezolanas del 6 de diciembre. Muchas cancillerías están muy pendientes de Argentina. Especialmente Brasil, el otro gigante sudamericano y principal socio comercial. Lula estuvo casi una semana de campaña con Scioli en Buenos Aires. El macrismo teme que Brasil, con sus expertos en publicidad negativa, esté trabajando para Scioli. “Esperemos que sea solo un rumor y que el Gobierno brasileño no esté en la campaña argentina. Nosotros tenemos a Mercosur como prioridad y Brasil como socio estratégico”, remata Pompeo. La batalla argentina es así una lucha regional.