Iván Mikolji: Reflejos Acuáticos
Eduardo Planchart Licea
Iván Mikolji muta los reflejos acuáticos en imágenes insólitas, gracias a su maestría al utilizar la reflexión de la luz cuando atraviesa la superficie del agua; sumergido entre ríos cámara en mano, se abstrae del tiempo hasta encontrar el ángulo que refleje las composiciones que busca para enfrentar al público a la fotografía como arte.
Así, los suelos acuosos de la Gran Sabana, se convierten en composiciones que transforman la naturaleza en formas concéntricas, triangulares, y mandálicas, que transmiten un halo de misterio a los ecosistemas del Macizo Guayanés; únicos en el planeta y de cuyo equilibrio y armonía depende la existencia de la humanidad por generar el 25 % aproximadamente del agua dulce y ser uno de mayores los pulmones del planeta.
En estos reflejos, la fotografía toma distancia de la realidad documental, y se adentra en la búsqueda de lo edénico para generar conocimiento y provocar una praxis conservacionista en el otro, al evidenciar la fragilidad de estos biomas a través de la estética.
Estas composiciones se transforman en metáforas visuales, al ser dominadas por la pasión creativa del artista, al concentrarse y enfocarse en el compartimiento físico de la luz, y convertir sus ondas en espejos. Poetiza el universo acuático, a través de un lenguaje visual que acerca la fotografía al surrealismo, y al expresionismo abstracto. Cuando estos biomas no son afectados por la tala y la contaminación, la transparencia del agua permite a los rayos de luz penetrar las sabanas inundadas de las selvas y los llanos, donde hay abundancia de peces como el pavón, o los cardúmenes de pirañas. Estas superficies cubiertas de mantos de hojas, ramas…, se convierten también en cielo, son fotografías que recuerdan la estructura macroscópica de la materia, al crear una realidad visual dominada por la duplicidad y la serialidad.
En los palmares inundados ramas, y hojas, cambian de forma al ser transportadas por las corrientes de caños y ríos, realidad que el artista transforma a través de su lenguaje visual, para crear visiones ilusorias que al ser cliqueadas adquieren atmósferas caleidoscópicas. No es esta una propuesta que está atrapada en la belleza de por sí, sino en la belleza como creadora de empatía hacia el planeta azul.
Estas imágenes no son resultado del azar, sino de una creación consciente, que planifica cada composición, para que asuma múltiples significaciones, como son las fotografías de hojas cuyos reflejos las transforma en receptáculo, entre la silenciosa quietud del fondo ribereño, y pareciera emanar de ellas una mistérica oscuridad, que da libertad al público para que se imagine las significaciones formales y simbólicas que podrían tener, estas metáforas de la caja de Pandora. Es un cosmos que se materializa que tiene como protagonistas de cada una de estas imágenes el agua.