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IA, ¿fuego de Prometeo o fruto del “árbol del conocimiento”?

IA (inteligencia artificial) ha irrumpido en nuestro mundo en el momento más convulso de nuestra historia reciente, donde parece que los valores democráticos, que una buena parte del planeta había comenzado a fundamentar en naciones durante el S.XX, están en asalto; donde una guerra cultural en dichos países es evidencia de una fractura vital y profunda… donde el mundo islámico en los últimos 40 años ha generado una estirpe de terrorismo en su sociedad con el objetivo de destruir los países democráticos por medio de actos de extrema violencia y por la invasión de sus huestes a través de migraciones no asimiladas, tanto en América como en Europa. Y, la guinda sobre este complejo helado es China, la nación abiertamente totalitaria, un poder económico y tecnológico donde el control de su sociedad lo ejerce con IA y una garra inmisericorde, donde sus ambiciones de expandirse mundialmente son claras y fundacionales con su sistema ideológico y político.

La IA exacerba todos los temores y acicata todas las posiciones extremistas. Es una herramienta que parece ofrecer infinita capacidad de organización y discernimiento, para utilizar efectivamente el conocimiento humano con la intención y dirección del que la opere, sea en ciencia y el avance de tecnología o en terrorismo y totalitarismo. Un super poder en manos de personas y organizaciones que aún no tienen la responsabilidad de reconocer las consecuencias de sus actos.

Mi objetivo con este ciclo de artículos es enfocado y concentrado; ofreceré una breve historia de cómo irrumpió IA en nuestro mundo, qué es y cómo funciona, cómo usarla y algunos de los riesgos que tiene para aquellos que la usan. Mi principal objetivo, tal como hago con mis artículos, es reconocer la responsabilidad que conllevan nuestras decisiones y dilucidar qué se esconde detrás de nuestros anhelos para avanzar con IA hacia arriba con mayor discernimiento.

¿Por qué tengo algún mérito para ser ‘escuchado’?

Hace unos meses descubrí ChapGPT. Yo resistía usarlo, no tenía la tentación de ser mejor escritor con esa herramienta u otra habilidad sintética o cibernética… no tenía ninguna “necesidad imperiosa” para usarla. Hasta que sucedió lo inesperado: ‘en 2 días tendría una entrevista para un puesto de liderazgo comercial para toda España y con visión de ampliar a otros países de Europa’; además, era una industria de la que no sabía absolutamente nada. Preguntándole a un amigo si conocía a alguien en ese mercado, me dijo – ¿Por qué no le preguntas a ChatGPT?

Con las preguntas correctas, pude acercarme mucho a aparentar ser un experto en ese mercado, sin presumir de serlo; pero, en unos segundos, me proporcionó toda la información requerida y resumida para tener una compresión y visión de lo que era algo complejo y completamente desconocido para mí hasta ese momento.

A partir de ahí, me interesó mucho entender cómo funcionaba, de dónde venía esta increíble herramienta, me asombro la historia de cómo se desarrolló y lo increíble que se está proyectando el futuro en áreas como medicina, logística, marketing, comercio online, RRHH, gestión de proyectos complejos, investigación en todas las disciplinas y en la ciencia… ¡en todo el saber y hacer humano!

He participado en varios procesos de selección online para incorporarme en equipos de entrenamiento de IA… sé que suena extraordinario, pero es menos glamuroso de lo que aparenta. Actualmente estoy en 3 empresas como parte de plantilla online en “data annotation” y “AI training” que me ha dado una perspectiva muy singular de cómo opera e inferir los riesgos que posa, a nivel personal, el uso de esta increíble herramienta que hemos creado.

Hay varios puntos de enfoque para desarrollar esta historia, por una parte, está el desarrollo de tecnología (harware) que permite incrementar la capacidad de FLOPS (acrónimo en ingles de “Puntos de Operaciones Flotante por Segundo”) o cómputos de unidades de información, tema fascinante. Por otra, está todo el desarrollo de ‘cómo aprendemos’ los seres humanos, lo que fundamentalmente desencadenó la interrelación de Neuro Network (NN) que es un circuito de nodos que simula la neuro red de neuronas del cerebro y el proceso de aprendizaje para poder dar vida a esta inteligencia artificial.

Antes de entrar en materia, clarifiquemos, ¿QUÉ ES INTELIGENCIA? Los científicos de la NASA al enviar los robots Rover a Marte, una de las evidencias que confirmarían la previa existencia de inteligencia en ese planeta es conseguir, por ejemplo, ‘un grupo de piedras amontonadas por tamaño o forma.’ El reconocimiento de patrones es una de las habilidades del cerebro, y la capacidad que tenemos de predecir el resultado de nuestra acción sobre un patrón a la que antes no hemos sido expuestos, es inteligencia… vaya, la capacidad de resolver problemas nuevos a partir de experiencias previas que, aparentemente, nada tienen que ver con la nueva situación.

Retengan esta definición, ¡nos será útil!

Una breve historia de IA

He investigado infinidad de propuestas que plantean el despertar del interés por la inteligencia artificial en diferentes momentos a la mitad del S.XX. A mí personalmente me parece que hay un personaje que indiscutiblemente es el punto de partida indispensable, tanto práctico como conceptual: Alan Turing.

En 1940 la Segunda Guerra Mundial estaba en un punto muy desesperanzador para Gran Bretaña y todos los otros países europeos, los alemanes utilizaban un código secreto de encriptación generado por la máquina electromecánica ENIGMA y se comunicaban libremente, coordinando sus ataques. El brillante matemático Alan Turing fue incorporado por los británicos como criptólogo. En menos de un año logró desarrollar la máquina ‘Bombe’ “la cual con cada posible combinación de mensajes encriptados eléctricamente se ponía en marcha generando una cadena de deducciones lógicas. La máquina era capaz de detectar cuándo existía una contradicción y, de este modo, desechar esa combinación.” (Alan Turing, El Arma Secreta De Los Aliados,National Geographic). Era el reconocimiento de contradicciones en los “patrones” de los mensajes encriptados. Con ello Turing logro descifrar los mensajes Enigma y ‘redujo la guerra entre 2 y 4 años y salvó la vida de más de 16 millones personas’, según Winston Churchill (La Razón). 

Máquina “Bombe” desarrollada por Alan Turing (del film “The Imitation Game

A partir de este inconmensurable logro, en octubre de 1950 público el artículo Máquina Informática e Inteligencia donde propone una pregunta sugerente: ¿Pueden las máquinas pensar? En el artículo propone el “Juego de la Imitación”, que se ha denominado el Turing Test. En él hay 3 participantes: un interrogador humano, un respondedor humano y otro automático. El objetivo es que el interrogador puede determinar cuál de los dos respondedores es una máquina y cuál es humano solo con comunicación de texto. En el artículo, Turing propone que cuando el interrogador no sea capaz de distinguir entre ambos, la máquina exhibe un comportamiento humano y por tal podríamos decir que es capaz de pensar.

Lo que sugiere Turing en el artículo para alcanzar este nivel de desarrollo en un sistema informático es «En lugar de intentar producir un programa para simular la mente de un adulto (con reglas fijas para cada escenario posible), ¿por qué no intentar producir uno que simule al niño? (dicha) máquina podría considerarse análoga al cerebro de un niño». Sugiere el aprendizaje por prueba y error (experiencia) cuando dice «Se debería permitir a la máquina alterar sus propias instrucciones y adaptar su comportamiento en respuesta a los errores». Todo ello sólo sería soportado por un hardware inventado en 1967, los neuro networks de multinivel.

Sin embargo, en las décadas de los 70, 80 y 90, por una combinación de factores: la falta de poder computacional, críticas en los medios sociales y de los científicos sobre las ambiciones de aquellos que lo impulsaban, la investigación e inversión caen en lo que se denominó el “invierno del IA.”

La reactivación la detonó Geoffey Hinton en 1986 donde proponía en el artículo Aprendizaje Profundo (IN: Deep Learning), una propuesta para entrenar dichos sistemas. Por cierto, modelando la sugerencia misma de Alan Turing, entrenando las máquinas a aprender con “prueba y error” a través de imágenes y el fraccionamiento de estas. Sus investigaciones y experimentos fueron muy prometedores, pero el cuello de botella seguía siendo la capacidad computacional de la tecnología.

En 1997 IBM Deep Blue gana al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov y marca un hito en la capacidad que tiene una máquina en competir y superar la capacidad estratégica de un ser humano por la fuerza bruta de la capacidad computacional: evaluando millones de posiciones de tablero por segundo (lo cual son patrones). Los seres humanos lo hacemos por aproximación y de ‘manera intuitiva’.

Para el cambio del siglo, la capacidad computacional había explotado con nuevas tecnologías excediendo 4.4x los logros de la IA que ganó a Kasparov. Aquí es donde comienza el despegue de lo que hoy conocemos como IA. Si recuerdan en 2005 se empieza a hablar de BIG DATA y en especial social media empieza a procesar grandes cantidades de data, analizando estadísticamente los hábitos de navegación y consumo de usuarios, adaptando sus algoritmos para aumentar la cuota de pantalla.

En una nota curiosa, a comienzos del siglo XXI, el uso de estadísticas y matemáticas permitió predecir el pronóstico del tiempo con un alto grado de precisión.

El amanecer de IA en el S.XXI

Con la tecnología y nuestra propia inteligencia, hemos logrado sondear nuestro conocimiento para crear una simulación de nuestro propio cerebro (neuro networks) y dar nacimiento a una inteligencia artificial que está liberándose de las ataduras que la iniciaron. En el próximo artículo veremos como ella ha aprendido cosas que no le hemos enseñado y parece cobrar vida en como aprende y reacciona.

Cabe hacerse la pregunta que esta herramienta nos ofrece, ¿Es el Fuego que Prometeo robó de los dioses para beneficio de los humanos, o es el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal que parecía enarbolarnos como dioses, cuando en verdad fue la caída estrepitosa exponiendo nuestra vulnerabilidad y carencias? IA es sin lugar a duda una extraordinaria herramienta… es un Power Tool (herramienta motorizada) que siempre es acompañada de una ‘advertencia’: “Sólo debe ser operada por  adultos. Mantener lejos de niños.” Y aquí, mi querido lector, no es cuestión de edad… 😉

Comparto el video que creo mejor analiza la historia de IA (está en inglés, pon subtítulos)

Próxima semana…

¿Cómo funciona IA?

Hay increíbles herramientas como ChatGPT (Open IA), COPILOT (Microsoft) o BARD (Google) y CLAUDE que es una propuesta con un enfoque en la ética de la IA. ¿Cuál fue el proceso para que estas extraordinarias herramientas aprendieran a redactar cartas, proponer dietas, ofrecer estrategia para aprender una habilidad personal?

Reconocer patrones había sido todo un éxito capaz de retar y ganar a los mejores estrategas en ajedrez o en GO que son los juegos más complejos en estrategia. Lo que hizo que ganara en esos juegos era la capacidad de analizar patrones y, con la base de las reglas de esos tableros, establecer como jugar para ganar… pero esa es una aplicación de la inteligencia, pero el conocimiento humano es mucho más que eso.

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