Desarrollo de la Economía Digital en Venezuela
Este 11 de septiembre, el programa semanal del presidente de la República, Con Maduro+, se transmitió en directo desde la República Popular de China, donde el Primer Mandatario se encontraba de gira en busca de alianzas estratégicas en el país asiático.
El presidente de la República entre los puntos de la agenda de desarrollo conjunto entre Venezuela y China, priorizó “el desarrollo de la economía digital”.
Según lo dio a conocer el portal institucional de CONATEL, el ente regulador del sector telecomunicaciones en Venezuela, el presidente de la República habría exclamado: “Avancemos en la economía digital, avancemos cada vez más en la economía digital (…) Vamos a los sistemas de pago electrónico, con la huella, con el rostro (…) vamos a la economía digital y vaya que hemos avanzado”.
En este sentido, cabe preguntarse: ¿Ha desarrollado Venezuela un sector TIC y una economía digital? ¿Existen estimaciones sobre el peso relativo de dicho sector en la economía doméstica? ¿Cuál es el estado del sector Telco el cual provee el acceso a los ecosistemas digitales? ¿Existe una política pública y regulatoria clara e identificable para el sector TIC y la economía digital en Venezuela? En Venezuela, tanto en el sector público como en el sector privado, incluyendo en ambos casos a la academia, ¿Se entiende, se estudia y se enseña temas de la economía digital?
De qué va la Economía Digital:
Uno de los cambios económicos más radicales de los últimos 20-30 años ha estado constituido por la aparición de la economía de la información y del Internet. Esta revolución tecnológica también ha implicado una revolución económica. Se dice que los bits son totalmente diferentes a los átomos y la Data constituiría el nuevo petróleo, el nuevo maná y fuente de valor y riqueza.
Asimismo, los bits pueden reproducirse sin costo alguno y distribuirse por todo el mundo a la velocidad de la luz y nunca se deterioran. Esto supone un cambio sustantivo en lo que a la producción y transmisión de productos, contenido y servicios se refiere, especialmente en materia de costos, aunado a un par de características fundamentales de la economía de la información, de bienes electrónicos y del mundo digital: bienes y servicios que muestran características de Bienes Públicos y la generación de efectos de red significativos, es decir, que en la medida que un nuevo demandante haga hace de éstos, crece el valor que los actuales usuarios asignan a dichos bienes y servicios.
Se viene hablando de una “economía completamente nueva”, constituida por nuevas actividades económicas que no existían previamente, nuevos modelos de negocios y nuevos productos y servicios.
Sin embargo, la forma de medir la dimensión y el aporte al valor agregado nacional de la economía digital y del Internet no puede limitarse a dichos nuevos modelos de negocio y nuevos verticales de servicios. Asimismo, deberá considerarse y contabilizarse el valor creado a partir de la aplicación de tecnologías TICs a sectores y cadenas de valor tradicionales.
De hecho, el impacto y potencial creador de bienestar de la adopción de las tecnologías TIC y de la transformación digital de las actividades tradicionales y las cadenas de valor Legacy constituye una magnitud tal que incluso empresas de consultoría se han abocado fundamentalmente a entender y sistematizar dicho proceso de transformación para prestar servicios de asesoría o de diseño de soluciones de analítica para sectores económicos tradicionales.
Parece así plantearse una especie de fricción o competencia parcial entre el mundo tradicional Brick and Mortar o físico versus el Digital donde nuevos oferentes compiten y canibalizan servicios tradicionales (Ej: Uber versus taxis; Netflix versus TV por suscripción con vínculo físico; WhatsApp versus telefonía; Airbnb versus hoteles; etc.).
Sin menoscabo de lo dicho hasta ahora, vale destacar que persiste una economía tradicional.
La OECD en el 2014 estimó que el Valor Agregado de las tecnologías de la información y la industria de la información representaba alrededor del 6% del total mundial. Dicho sector de las tecnologías de la información y la economía digital representaba entre el 3,7% y 3,8% de los empleos a nivel global. Esto último podría encontrarse fundamentalmente explicado por el hecho de constituir un sector intensivo en capital y en tecnologías, así como por el hecho que muchos de sus modelos de negocio o el funcionamiento de los ecosistemas digitales son del tipo Sharing Economy donde los propios usuarios de las plataformas digitales aportan valor o “trabajo” no remunerado.
Respecto al comercio internacional, entre los años 2000-2012 el comercio de bienes TIC creció 65%, a más de 1,5 billones de US$. Sin embargo, dicho monto representó el 4% de las exportaciones mundiales totales.
Dependiendo de en qué parte del mundo se busque estimar el valor agregado y/o creado por el sector de la nueva economía -economía de la información, la economía digital y del Internet-, dicho sector de la información podría acumular o representar poco más de un nivel entre 0 y 10% de cualquier economía nacional.
Apple, Microsoft, Google, Amazon, Netflix y Facebook son consideradas empresas de la Economía Digital. ¿Pero son todas estas empresas iguales? ¿Prestan o comercializan el mismo tipo de servicios y bienes? ¿Desarrollan los mismos modelos de negocio y de monetización? ¿Replican las mismas estrategias de Pricing?
Algunas de estas producen bienes tangibles, algunas otras no y basan su modelo de negocio en información que recopilan de sus usuarios.
Por ejemplo, para el año 2017 el 83% de los ingresos de Apple (empresa que puede perfectamente ser considerada por excelencia como una empresa plataforma de Software o de ecosistemas de Apps) se debía a la venta de aparatos electrónicos como el iPhone, iPads, Macs, etc.!!!!!
Los modelos de negocio y de monetización del sector de consolas de juegos se desarrolló de forma distinta al sector de los ordenadores personales y sus respectivos sistemas operativos aun cuando fundamentalmente constituyen ambos sistemas electrónicos de componentes complementarios basados en efectos de red bilaterales entre el hardware y el software!!!
Dentro del propio mercado de los ordenadores personales la historia de cómo se desarrollaron la marca Microsoft versus Apple muestra que ambas firmas optaron por dos modelos de negocio diferenciados entre sí desde su origen. La primera marca apeló a un modelo abierto de plataforma de software multi-lados mientras que la segunda constituyó un modelo propietario cerrado más del tipo Pipeline integrado verticalmente.
Inquietudes de Política Pública:
Según estimaciones de organismos multilaterales, un aumento promedio del 10% en la penetración de Banda Ancha en los países de América Latina y el Caribe permitiría generar un alza del 3,19% del PIB y del 2,61% de la productividad, a la par de generar más de 67.000 empleos directos (BID, 2017). Las estimaciones anteriores superarían al impacto que un aumento promedio equivalente de penetración de la banda Ancha provocaría en los países desarrollados. Es así como se estima que el desarrollo y la profundización de la economía digital podría constituir una vía para reducir brechas con los países desarrollados.
Aun cuando dichas cifras resultan estimulantes, algunas otras pre-pandemia contextualizan el desafío que implica para la región de América Latina la transformación digital:
- En América Latina 90% de las empresas son Pymes.
- Solo 40% de las Pymes poseían página Web.
- Solo 27% usaba el Comercio Electrónico.
- Solo 30% usaba medios de pago electrónicos.
- Solo el 68% de la población poseía suscripción a banda ancha móvil y dispositivos inteligentes.
Si bien la pandemia Covid-19 constituyó una especie de “experimento natural” que forzó el uso y adopción de las tecnologías TIC por parte de empresas, consumidores y gobiernos, en algunos casos como Venezuela el problema de conectividad y de la baja calidad del Internet constituyen desafíos de entrada al mundo de la economía digital.
En materia de política pública y de forma muy general lo primero que los países podrían preguntarse es cómo diseñar políticas y/o eventualmente regulaciones que faciliten o coadyuven a generar o aprovecharse de los beneficios y los aportes que a la sociedad y a la economía podría ofrecer la nueva economía digital y del Internet. Entre otras políticas, algunas podrían estar orientadas a:
- La Masificación de su acceso y asequibilidad (tanto usuarios Business como Hogares).
- Identificar barreras a la adopción y a la entrada de actores de la economía digital a la economía doméstica. Lo anterior pasa por desplegar esfuerzos por reducir barreras a la entrada, ej: en el sector financiero.
- El eventual diseño de una Política Industrial hacia el sector tecnológico y digital.
Habrá que esperar cuál es el significado y alcance de una declaración por parte del alto ejecutivo nacional respecto al fomento y desarrollo de la economía digital en Venezuela.
Economista UCV. Profesor de Estrategia Competitiva y Digital, Universidad Torcuato Di Tella. Profesor de Economía Digital, UCAB. Profesor de Competencia de la Plataformas Digitales, Universidad Torcuato Di Tella.