Rómulo Betancourt, el arquitecto de la democracia venezolana

El foro de AnalíticaTV: «Rómulo Betancourt, impulsor de la democracia en Venezuela», reunió a los historiadores Pedro Benítez y Luis José Oropeza, bajo la moderación de Emilio Figueredo, editor de analitica.com, para analizar el legado del líder político que marcó un punto de inflexión en la historia del país. A lo largo de la discusión, se resaltó su papel en la consolidación de la democracia, su férrea defensa de las instituciones y su temprana advertencia sobre la amenaza que representaba Fidel Castro para la región.
El legado de Betancourt en la democracia venezolana
Uno de los aspectos clave del foro fue el reconocimiento de Betancourt como el líder que consolidó la transición democrática en Venezuela. Fue el primer presidente civil electo que entregó el poder a otro mandatario civil en un proceso electoral legítimo, algo inédito en la historia del país hasta ese momento.
Pedro Benítez destacó que su liderazgo permitió que, en 1968, se diera la primera alternancia pacífica en el poder cuando Copei, partido opositor, ganó las elecciones y asumió la presidencia sin enfrentamientos ni golpes de Estado. Este hito colocó a Venezuela como un referente democrático en América Latina en una época dominada por dictaduras militares.
Otro de sus legados fue su capacidad para establecer una relación de respeto entre el poder civil y las Fuerzas Armadas. A diferencia de sus predecesores, logró que los militares reconocieran la autoridad del gobierno electo y se sometieran al poder civil.
La amenaza del comunismo y la doctrina Betancourt
Un punto central de la conversación fue la postura de Betancourt contra la injerencia de Fidel Castro en Venezuela y América Latina. Mientras muchos líderes latinoamericanos veían la Revolución Cubana con simpatía, Betancourt advirtió desde el inicio sobre su carácter expansionista y su amenaza para la democracia en la región.
Su política de no reconocimiento a gobiernos surgidos de golpes de Estado, conocida como «Doctrina Betancourt», marcó un hito en la diplomacia latinoamericana. Luis José Oropeza señaló que esta doctrina no solo buscaba proteger la estabilidad de Venezuela, sino que también planteaba la necesidad de una defensa colectiva de la democracia en el continente, similar a lo que hoy representa la OTAN en Europa.
El foro también abordó la relación conflictiva entre Betancourt y Carlos Andrés Pérez, su discípulo más destacado. Mientras que Betancourt promovió el aislamiento de Castro y su expulsión de la OEA, Pérez intentó un acercamiento con el líder cubano en la década de 1990, lo que generó un quiebre entre ambos.
Betancourt y el Pacto de Punto Fijo: Un acuerdo histórico
Los panelistas coincidieron en que el Pacto de Punto Fijo, firmado en 1958 entre Acción Democrática, Copei y URD, fue clave para la estabilidad política del país. Aunque Betancourt era un líder de izquierda, entendió que la gobernabilidad requería consensos con sectores opositores, algo que le permitió consolidar una democracia funcional y duradera.
Pedro Benítez recordó que este pacto permitió que los rivales ideológicos Betancourt y Rafael Caldera colaboraran en la construcción de un sistema democrático sólido, donde la alternancia en el poder fuera una norma y no una excepción.
El foro dejó claro que Rómulo Betancourt fue una figura clave en la construcción democrática de Venezuela. Su visión política, su compromiso con las instituciones y su lucha contra el totalitarismo marcaron un antes y un después en la historia del país.
Hoy, en medio de la crisis política venezolana, su legado cobra más vigencia que nunca. Como señalaron los panelistas, comprender el pensamiento de Betancourt no solo es un ejercicio histórico, sino una guía para la reconstrucción democrática de Venezuela.
Mira el foro aquí: