Debatieron entre abstención activa y participación exigente en las próximas elecciones

En el foro organizado por Analítica TV, titulado «Votar o No Votar», se abordó la compleja cuestión de la participación electoral en Venezuela en el contexto actual, marcado por la controversia de los resultados del 28 de julio de 2024. Los expertos presentes — John Magdaleno, Benigno Alarcón, y Roberto Casanova — ofrecieron perspectivas coincidentes y divergentes sobre la legitimidad del proceso electoral y la mejor estrategia para la oposición.
La posición común: Rechazo al proceso sin condiciones mínimas
Roberto Casanova y Benigno Alarcón coincidieron en que las condiciones actuales del proceso electoral no permiten una participación plena y legítima. Ambos señalaron que el sistema está completamente controlado por el régimen, lo que invalida cualquier intento de dar legitimidad al proceso electoral. Según Alarcón, la experiencia de anteriores elecciones regionales ha demostrado que los espacios obtenidos por la oposición son rápidamente cooptados por el régimen, dejándolos sin poder real.
Además, se muestran de acuerdo en que cualquier intento de participar en las elecciones bajo estas circunstancias podría ser percibido como una validación tácita de lo ocurrido el 10 de enero, cuando el régimen asumió el poder sin respaldo legal y sin cumplir con las normativas constitucionales. Casanova enfatizó que, al aceptar participar, se enviaría un mensaje al mundo de que el fraude electoral del 28 de julio no tiene consecuencias.
En contraposición, John Magdaleno presentó un enfoque estratégico, destacando que la participación electoral podría ser una herramienta útil si se maneja de manera exigente. Magdaleno argumentó que, si bien el régimen controla el proceso, participar con condiciones claras puede abrir un espacio para desgastar al gobierno. Propuso que la oposición podría exigir garantías mínimas, como el reconocimiento de los resultados de las elecciones de 2024 y la liberación de presos políticos, lo que podría movilizar a sectores de la sociedad y aumentar la presión sobre el régimen.
Magdaleno advirtió que, si bien participar bajo las condiciones actuales puede ser riesgoso, el objetivo sería usar la participación para generar una mayor movilización social, como ocurrió en otras transiciones históricas. Según Magdaleno, un ciclo de movilización constante podría erosionar las bases de apoyo del régimen y fomentar una transición democrática.
¿Abstención activa o participación exigente?
El debate entre abstención activa y participación exigente fue central. Casanova y Alarcón abogaron por la abstención activa, entendida como un rechazo a la legitimación del proceso electoral sin condiciones. Magdaleno, sin embargo, defendió la participación activa pero con una estrategia que no legitime el régimen, sino que busque aumentar la presión interna mediante la exigencia de condiciones mínimas y el fortalecimiento de la movilización popular.
Ambos enfoques reconocen la falta de garantías en el proceso, pero mientras los primeros enfatizan el peligro de una participación que refuerce el control del régimen, Magdaleno propone que, si se juega correctamente, la participación puede convertirse en una herramienta para la movilización y el desgaste del poder autoritario.
El foro «Votar o No Votar» reveló un debate esencial para el futuro de la oposición en Venezuela. Los expertos coincidieron en que la estrategia debe ser compleja, matizada y adaptada a las condiciones del momento. La cuestión central ya no es si votar o no votar, sino cómo participar de manera que no se convalide un proceso viciado, mientras se fomente un movimiento de cambio que logre erosionar las bases de apoyo del régimen. La clave parece residir en una estrategia que combine la movilización social con la exigencia de condiciones mínimas para la competencia electoral, dejando claro que la lucha por la democracia sigue siendo una prioridad, independientemente de los resultados electorales.
Mira este interesante debate en: