¿Y Después Qué?
Supongamos que las primarias tengan éxito, que se elija un candidato que nadie objete y que sea electo presidente en las elecciones y que toda la oposición lo apoye y se ponga de acuerdo sobre un plan de gobierno. Bajo esas premisas uno se pregunta:
- ¿Ante quién se juramenta para tomar posesión del cargo?
- ¿Cómo va a poder gobernar cuando el Poder Legislativo, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía del Ministerio Público, la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo, el Procurador General de la República, estén dominadas por funcionarios del PSUV?
Es necesario que antes de la elección presidencial haya una negociación que permita un acuerdo entre gobierno y oposición que permita que haya gobernabilidad, para que no se impongan trabas a la recuperación de la democracia y se pueda sacar al país de la crisis que ha venido sufriendo durante muchos años. Hay que llegar a soluciones como las que hubo en España, con los Pactos de La Moncloa a la caída del gobierno franquista y en Chile cuando se depuso a Pinochet.
Es también necesario que el nuevo gobierno permita que miembros honestos del PSUV y allegados al mismo ¾que los hay¾ tengan cabida en el gobierno.
Para que el país retorne a la paz, democracia, y unión entre todos los ciudadanos resulta necesaria una reforma de la constitución, dejando a salvo la normativa de protección de los derechos humanos, limitando los poderes presidenciales, restringiendo la posibilidad de legislar por decreto y regulando detalladamente el proceso de promoción de los grados de la oficialidad militar, que no dependan del antojo presidencial.