Volare… ¡Oh, Oh!
Crisis esta, generada por la astronómica deuda, de 4.000 millones de dólares, que el gobierno nacional mantiene con las líneas aéreas.
Los burócratas, del Ministerio del Deporte, se reunieron de emergencia para buscar posibles soluciones al cada vez creciente problema. Los medios de comunicación, han recogido las dificultades confrontadas por distintas delegaciones deportivas para lograr embarcarse y asistir a las competencias internacionales programadas. El fútbol, la gimnasia, el waterpolo y muchas otras disciplinas han pasado por un verdadero viacrucis para superar estos escollos.
En la reunión, uno de los asistentes propuso que de ahora en adelante se alquilaran aviones (vuelos chárters) para atender las necesidades del deporte nacional. Acto seguido, otro de los presentes dijo qué le parecía bien esa salida y agregó conocer a una persona que los podía ayudar en esa materia.
Los encargados de la administración señalaron la importancia de mantener apegado a la Ley de Licitaciones el mencionado mecanismo de los vuelos chárters. Si vamos a utilizar ese sistema, dada la cercanía de los Juegos Centroamericanos y del Caribe a celebrarse en la ciudad mexicana de Veracruz, resulta imperativo tomar una decisión al respecto y abrir los procesos licitatorios con la urgencia del caso.
Concluidos los análisis técnicos en las áreas de Alto Rendimiento, en conjunto con el Comité Olímpico Venezolano, se llegó a la conclusión de tramitar el alquiler de 10 aviones para trasladar a las selecciones deportivas en el marco de preparación y asistencia a los mencionados juegos deportivos.
Pero, la realidad mostró otra cara. Las selecciones de softbol, pesas, taekwondo y vela, que deberían trasladarse desde el aeropuerto Internacional de Maiquetía a la ciudad de Tijuana en México, quedaron varados porque el referido vuelo charter fue cancelado, luego de permanecer por mas de 12 horas en las instalaciones aeroportuarias.
Nadie daba explicaciones sobre esta situación y sólo se limitaron las autoridades deportivas a señalar que el vuelo fue reprogramado para el día siguiente. Todos los allí presentes se miraban asombrados cuando vieron que la empresa seleccionada para viajar era una poco conocida en vuelos internacionales para la ruta Venezuela- México.
Al otro día, se repitió la misma historia de permanecer varados por innumerables horas. Lo más alarmante de la situación es que la línea aérea escogida ni siquiera tenía un mostrador para atender el chequeo respectivo y a los atletas los cargaban del timbo al tambo, sin atención logística o informativa de ningún tipo.
Se preguntaban todos en el aeropuerto porqué no seleccionaron a empresas de reconocida solvencia para cubrir esa ruta, tales como Aero México o Copa Airlines.
¿Cómo se les ocurre escoger una empresa que hasta desconoce los requisitos de permisolgía para el uso de aeropuertos extranjeros? Era el comentario que circulaba entre todos los afectados. Las autoridades deportivas o del Comité Olímpico no daban la cara, esto huele a guiso.
Al final, un viceministro del Deporte, sorpresivamente dio la cara y dijo que “la empresa los había engañado y que en consecuencia iban a proceder judicial y administrativamente en su contra”, pero la emoción duro poco ya que el mismo funcionario conversaba muy placenteramente con un representante de la empresa aérea, al momento en que los atletas abordaban el avión. «Se volvieron a burlar de nosotros», fue la expresión de todos.
Sería interesante y esclarecedor conocer todo el camino recorrido, por la decisión de alquilar los vuelos chartes. Cuál fue el informe de la Dirección de Alto Rendimiento, el presupuesto asignado, el punto de cuenta aprobado por el Directorio del IND, cuándo y cómo se cumplió el proceso de licitación, qué empresas aéreas ofertaron, cuáles fueron los criterios de selección y analizar las facturas de pago correspondiente. No hacerlo, daría pie para pensar que si la decisión de escogencia se hizo a dedo, alguien o algunos estarán cantando en este momento al igual que Domenico Modugno ….Volare…¡Oh,Oh! / Contare Dólares / ¡Oh, Oh!