OpiniónOpinión Nacional

Vísceras a precio de oro

Si le soy sincero estoy considerando muy seriamente… el comerme a su esposa. Thomas Harris

Las vísceras del ganado y de las aves – dado su alto valor nutritivo – han sido siempre el recurso alimenticio por excelencia de la población de escasos recursos, que no puede darse el lujo de comer lomito Wellington, bacalao a la vizcaína, chuletones de res o chuletitas de lechal.

Recordemos que las vísceras se dividen en rojas y blancas. Las rojas son: el hígado, el corazón, la lengua, la sangre, los pulmones (llamado “bofe”), el riñón y el bazo. Las vísceras blancas son: los intestinos (llamado “menudo”), los estómagos (llamados “callo”) que en el caso de la res son cuatro: rumen, retículo, omaso y abomaso, y en el cerdo lo llaman “buche”; la ubre, los sesos, las mollejas y las criadillas. En el caso de las aves, el hígado es la más apreciada.

Imaginemos por un momento a un francés sin foie gras o riz de veau, a un inglés sin pudín de riñones, a un italiano sin lengua a la pizzaiola, a un peruano sin su anticucho, a un argentino sin morcilla ni chinchulines, a un alemán sin sus salchichas, a un español sin sus callos a la gallega o sus criadillas rebozadas.

En nuestro caso, dada la errática gerencia de este mal gobierno que ha conducido a que las vísceras valgan a precio de onza de oro, los desconsolados e inocentes súbditos bolivarianos ya prescindimos del hígado encebollado, del frito mañanero con arepa, del mondongo dominical, de los chorizos carupaneros, de la lengua en salsa, de los sesos rebozados, de las caraotas rojas con paticas de cochino, del bofe y del corazón que a tantos hogares humildes salva a la hora de resolver uno de los tres golpes diarios, con un sueldo que se lo devora diariamente la inflación incontrolada.

Cuentan que una vez Hanibbal Lecter volaba, de Londres a Nueva York, en primera clase y le ofrecieron el menú para que escogiera, el médico caníbal y gastrónomo le dijo a la gentil azafata que mejor le trajeran la lista de pasajeros.

Ojala que nuestros ingeniosos y desatinados gobernantes bolivarianos no se les ocurra pedir las innúmeras listas de los escuálidos que han votado o firmado, para venderlos, por partes, a precio justo en los mercados oficialistas, y así con una sola medida lograr dos objetivos de la humanitaria Revolución Bolivariana: pulverizar a la oposición y resolver prontamente la crisis alimentaria.

En fin, ante la falla del socialismo podemos instaurar el canibalismo, e ingresar en los anales de la Historia Universal del Absurdo y de la Infamia como La República Bolivariana y Caníbal de Venezuela.

 

¡Dios nos coja confesados!    

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Un comentario

  1. Existe un gran negocio en puertas que pudiese servir para potenciar el ´´país canibal´´ en el que vivimos. Y es que los países industrializados son famosos por producir centenares de billones de toneladas de desechos industriales que constituyen para ellos un problema de contaminación y de altos costos de almacenamiento ; pues bien, sabemos que dada nuestra crisis económica y la pérdida de poder adquisitivo, las famosas ´´chivas´´ ( neumáticos para vehículos usados ) han adquirido un gran valor. Su precio oscila entre dos mil y tres mil bolívares y no se encuentran. En base a ello y puesto que los patios de almacenamiento de desechos, las empresas los regalan, bastaría que algún empresario emprendedor se decidiese a importarlos y sacarlos a la venta por un precio mínimo. Resolvería el problema de la escasez y hasta algún astuto ingeniero le encontraría alguna utilidad a los sobrantes. El todo es poner la imaginación a volar y le resolvería el problema a los centenares de usuarios que tienen sus vehículos parados por falta de dinero para adquirirlos nuevos o simplemente porque no se consiguen. Al fin y al cabo somos un país pobre y arruinado y no nos debería dar vergüenza, puesto que tal situación va para rato y la vieja Venezuela de la prosperidad y el progreso pasó a la historia, amen de que se ahorrarían muchas divisas. ¡ Y que vivan los CANÍBALES !.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba