¡Villa Rosa!
Como margariteño, podríamos decir: ¡Hoy es Día de la Virgen del Valle!, fecha cumbre y altamente religiosa en Margarita, en el Oriente y en toda Venezuela. La Virgen del Valle da significado a cualquiera expresión sentimental y de vocación espiritual, en quienes creemos en las bondades de La Virgen, la madre de Jesús; sin embargo, como parte de la casualidad o resultado de la situación del país, surgió a la palestra la humilde urbanización aglomerada por la “gran misión vivienda” con el fulgurante nombre de Villa Rosa, cuyo significado en Margarita es emblema del “chavismo”, que en Margarita siempre fue minoría.
La urbanización Villa Rosa, ubicada al sureste de Margarita, saliendo de la avenida Juan Bautista Arismendi, vía Porlamar a Punta de Piedras, construida y fundada por un gobierno adeco, cuyo nombre en honor a la propietaria de esas tierras Rosa Ibarra, una de las matronas de la zona, que pertenece hoy al municipio García, donde se encuentra El Valle del Espíritu Santo. Nunca pensaron los vecinos, que el general gobernador Mata Figueroa, le pondría en bandeja de plata la oportunidad de cacerolear en vivo y directo a Maduro y a él mismo, quienes, como todos los trastornados revolucionarios, creen que pueden seguir engañando al pueblo con los mendrugos de costumbre, eso que hoy entrega “casa por casa” los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), quienes sirven de timadores políticos tratando de “quebrar la acción delictiva de los bachaqueros”.
Nada nuevo dentro de los lo generado por esta fatídica “revolución”, cuyos líderes siguen defendiendo los “miserables” civiles y militares forjadores de la patria ecléctica, pensada por el “difunto eterno” en sus estúpidas “noches de fausto”, o los “traidores” o “miserables”, perfilados por Víctor Hugo en su novela. La visión u odisea de sus razonamientos sobre el bien, el mal, la ley, la política, la ética, la justicia y la religión, que ponen como inspiración para idolatrar al jefe máximo en decadencia.
Sin dudas, la gente de Villa Rosa, son los mismos venezolanos hundidos en la miseria y el engaño que vivimos todos. Confundidos por la triste realidad del fin de su maledicencia, donde a estos sobrevivientes del mal, solo se les ocurres invocar “el derecho a gobernar” por el tiempo constitucional, obviando que los mismos que los eligieron, hoy quieren revocarlos, que si es un derecho constitucional del pueblo.
Todos sabemos y estamos convencidos, que el “socialismo del siglo xxi” se agotó más rápido que el liberalismo que ellos lapidaron. Dice la teoría económica que enfrenta al socialismo, que es imposible lograr un “calculo económico” en socialismo y sin calculo económico no puede haber economía. En un Estado socialista, no puede haber economía, ya que no hay medios para determinar lo racional, y por tanto, la producción nunca podría ser dirigida por consideraciones económica.
Como puede pensarse en economía, cuando estos detractores del capital, no se enfrentan a él, sino a su uso, y se transforman en malbaratadores de la riqueza que percibe el Estado, usando un reparto de bienes a quien no tiene porque no produce. No por incapacitado, sino porque se quiere mantener el poder y el gobierno, gastando el erario en bolsas de comida importada, porque se eliminó la producción, al calificar al empresario como “oligarca”, sin darse cuenta, que ellos se transformaron el una oligarquía burda, “lo boligarquía”.
Por último, el pueblo de Villa Rosa, como el todo el estado, está indignado, al saber, que se escogió a la Isla para celebrar la “Cumbre de los no alineados”, en un marco de secreto aislamiento, de donde es imposible entrar o salir; trayendo 8 aviones de carga con alimentos de Europa y países de América, para solventar la escasez que tiene el país, mientras los margariteños, peor que otras partes del país, tiene que solventar el hambre con las miserables bolsas de los claps.
No hay que olvidar, que después del grito libertario del 19 de abril de 1810 en Caracas, desde el 4 de mayo se encendió la llama de la libertad en la tierra insular, para convertir a Margarita en la provincia que en los años siguientes al inicio del movimiento emancipador, mantendrá con su heroísmo el calor de la Independencia.
Pareciera que el 1S levantó los ánimos en Villa Rosa, que por coincidencia, nos hace recordar a la heroína del Castillo de Santa Rosa.
