Verde que te quiero verde
La Pontificia Academia de las Ciencias (PAC), congregada en una conferencia sobre ambiente, es recibida por el Papa Francisco. Al experto en clima V. Ramanathan, hindú de religión y académico de la PAC, se le ha pedido dirigir la salutación al Pontífice, con la exigencia de limitarse a dos frases. «Estamos preocupados por el cambio climático; 3 mil millones de indigentes sufrirán las peores consecuencias», dispara el científico.
La PAC, uno de cuyos miembros es el hidrólogo venezolano Ignacio Rodríguez Iturbe, asesora en materias científicas a Jorge Bergoglio (técnico químico graduado y en ejercicio antes de entrar al noviciado jesuita), entre ellas el cambio climático, eje de su reciente encíclica «Laudato si‘» (Alabado seas), que resalta el papel de los seres humanos en el mundo actual a la luz de cuestiones ambientales https://www.aciprensa.com/Docum/LaudatoSi.pdf.
Sin abandonar el tono pastoral propio del autor e incorporando temas dogmáticos y visiones de la actividad científica con los cuales podemos discrepar, el documento sienta la posición de la iglesia católica en un asunto que ha estado en la agenda científica por décadas. Anticipándose a la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, a reunirse en París en noviembre, la extensa encíclica (190 páginas) sigue los pasos de la Cumbre de la Tierra celebrada en 1992 en Río de Janeiro al denunciar una relación directa entre destrucción del medio ambiente, pobreza y explotación económica, advirtiendo que no sirve luchar contra uno de estos tres factores si no se atacan los otros.
Habrá quien diga que esto ya se ha dicho en el Plan de la Patria, que llama a preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana (sic). Pero ¿cómo creerle cuando el régimen no es capaz de preservar la vida de los venezolanos, mucho menos salvarnos? ¿Cómo «revertir los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador» cuando se minimiza el ministerio de ambiente a uno de ecosocialismo, cuando se ha perdido el control de calidad de agua en los ríos, se ha dislocado el manejo de la basura, se destruyen áreas protegidas y tierras ancestrales por efecto de la minería incontrolada, se contaminan grandes reservorios de agua como el lago de Maracaibo o el de Valencia, sin que se haya hecho algo para detener el deterioro ambiental?
Mientras tanto, nuestra Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN) ha tomado este tema con urgencia, dado que la única comunicación oficial sobre cambio climático, publicada por el gobierno en 2005, requiere de una mirada fresca para actualizar conocimientos y proponer acciones realistas. Es así que la ACFIMAN ha creado una Secretaría Académica de Expertos en Cambio Climático que ya organizó un 1er. Simposio Nacional (noviembre 2013) y prepara un documento que en forma exhaustiva, profesional y transparente abordará la información científica, técnica y socioeconómica disponible, con miras a formular prácticas que atenúen los efectos negativos del cambio climático.
No era un poema ecológico el que escribió Federico García Lorca en su Romance Sonámbulo. Pero a 91 años de su publicación, los versos «Verde que te quiero verde / bajo la luna gitana / dejadme subir, dejadme, / hasta las verdes barandas. / Barandales de la luna / por donde retumba el agua» nos llaman en estos tiempos a mirar a la naturaleza como nuestra casa común, invocada como tal en la encíclica «Laudato si’«.
TUITEANDO
- La inseguridad y la crisis alientan diáspora de médicos. Casi 13 mil médicos no ejercen su profesión en el país http://bit.ly/1MYcQFB
- Antonio Pasquali – De las universidades. La banalización del tercer nivel sumada al devastador maltrato a las universidades autónomas, figurará entre las más nefastas fechorías del flagelo chavista. http://bit.ly/1TGptu7