Venimos de la Libertad y hacia ella vamos
Bolívar, aquél que soñaba con un gobierno como el de Inglaterra, decía que no éramos indios ni europeos, sino una mezcla entre africanos, indios y españoles, así lo dejó escrito tanto en la Carta de Jamaica cómo en el Discurso de Angostura, para él los venezolanos somos proclives a ser sometidos más por la ignorancia que por la fuerza, temía que llegaran al poder hombres con vicios e imaginaba en el gobierno a hombres virtuosos, educados, con solvencia moral y económica, porque él creía que los vicios eran parte de la idiosincrasia venezolana y esto llevaría a los gobernantes a la corrupción, tal como la vemos hoy. Se oponía a que un solo hombre se mantuviera en el poder por mucho tiempo porque el pueblo se acostumbra a ser mandado y el hombre a mandar y, de allí se originaba la usurpación y la tiranía decía él. La Venezuela colonial estaba divida por castas, por gremios, los españoles lo podían todo, los blancos criollos podían hacer la mayoría de las cosas, sobre todo en las artes militares y el comercio, -parecido a los militares de hoy que son todos comerciantes-; los blancos de orilla, los indios y, los africanos, no tenían los mismos derechos que los blancos criollos o mantuanos, casta a la que pertenecía Bolívar y menos a las prerrogativas de los españoles. La Oligarquía criolla vio la oportunidad cuando Napoleón Bonaparte tomó por asalto el poder en España e impuso a su hermano como Rey, aquí del otro lado del Atlántico, el momento era propicio para dejar de ser Colonia española, iluminados por la Revolución Francesa y la Independencia Norteamericana, y aprovechando que España peleaba contra los invasores franceses, los mantuanos gestaron la maravillosa empresa de nuestra independencia. De allí venimos.
Mucho se ha dicho de las proezas independentistas, pero hay un tema importante que es bueno recordar: cómo fue que llegaron a mezclarse los españoles, con los indios y los africanos, porque esa mezcla generó lo que somos hoy. Adicionalmente, durante casi dos siglos vinieron a Venezuela personas de otras partes del orbe y, hoy la mezcla es gigantesca. Así tenemos que vivir y convivir. No podemos imponerle a nadie que sea liberal –y miren lo que nos perdemos- por la diversidad de pensamiento y creencias filosóficas y políticas que existen; tampoco podemos inventar un gobierno teocrático por la diversidad religiosa y sobre todo por nuestro apego a la cultura occidental, menos podemos inventar un gobierno por castas, clases sociales o gremios cómo pretenden los populistas con la Constituyente “Comunal” debido a nuestra identidad con el pensamiento democrático que solo permite que nos reconozcamos como ciudadanos; tampoco es posible aplicar a los venezolanos una dictadura militar- comunista disimulada porque pendejos no somos.
Entonces, si no es posible imponer una sola forma de ver las cosas porque somos muchos y cada uno piensa, aunque sea poquito, pero piensa, ¿qué podemos hacer?, el dicho popular es que quien piensa bien, habla bien y actúa bien, bien le va y, visto cómo estamos los venezolanos después de casi 20 años de querernos imponer un pensamiento único, para que hoy no estemos alineados con él, por el contrario, la gran mayoría de los venezolanos rechazamos que se nos trate como enajenados mentales, tiene una lectura especifica y determinante: los libertadores no solo dejaron a Venezuela independiente de España, sino que sembraron en la conciencia colectiva el valor de la libertad, esa libertad por la que hoy hay cerca de 40 personas muertas a manos del gobierno, jóvenes y adolescentes en su mayoría quienes han salido a manifestar sin armas y de manera pacífica contra un una nueva casta oligárquica que con dinero mal habido pretende perpetuarse en el poder aun sabiendo de su incompetencia para resolver los problemas de los venezolanos.
Lamentablemente, el temor de Bolívar se hizo realidad, huelgan en el gobierno hombres y mujeres con vicios, maleducados, inmorales, corruptos, violentos, malandros de pacotilla que bailan Salsa sobre la sangre de los caídos. Con la excusa de la lucha antiimperialista han entregado nuestra soberanía a gobiernos extranjeros que hoy mancillan nuestra dignidad libertaria. ¿Cuál es la diferencia entre Cuba, EEUU, Rusia o China? ¿No son todos gobiernos extranjeros? ¿Arrodillarse a los Castro para enfrentar a los EEUU, no es vivir arrodillados? Merecemos algo mejor, merecemos un gobierno que no se arrodille ante nadie. Merecemos un gobierno que mire a los venezolanos y sus capacidades para resolver los problemas internos y no mire hacia Cuba, Rusia o China porque ellos no pueden querer más a Venezuela que los Venezolanos, a ellos no les duele la sangre de nuestros jóvenes y adolescentes, ellos no tienen interés en resolver los problemas del país porque su interés sigue siendo nuestros recursos naturales.
¿Hasta cuando nuestro pueblo va a vivir con la espalda encorvada?, las milicias, las comunas, los consejos comunales, los claps, el carnet de la Patria y ahora La Constituyente Comunal, son todos mecanismos de control. La dictadura cubana, nuestra referencia por excelencia, anuló a su pueblo hasta llevarlo a lo que es hoy, hombres y mujeres que deambulan por las calles de Cuba sin futuro, cuerpos sin alma porque la dictadura se las robó a cambio de un pedazo de pan. En Cuba viven cómo si el tiempo se hubiera paralizado en los años 50 del Siglo XX ¿Que venezolano puede estar tan demente para querer cubanizar a Venezuela? ¿Qué venezolano puede creer que somos tan ignorantes para que nos sometan así? Hoy vemos con desprecio cómo el gobierno juega con el hambre de la gente. Así como los barcos negreros llegaban a nuestras costas para traer esclavos que sirvieran a los colonos, llegan hoy a las calles de Caracas autobuses repletos de venezolanos traídos de todo el país para servir a la nueva casta militar-cívico que gobierna, controlados y manipulados por la necesidad de llevar comida a sus hogares. Así estamos hoy.
Somos más de 30 millones de venezolanos, acorralados por un grupito que se apropió de Venezuela despojándola de sus riquezas, destruyendo su futuro, acabando con el sueño de todo un pueblo de vivir en libertad y con calidad de vida. En necesario un hilo conductor entre el este y el oeste, el sur y el norte, los del barrio y los de cumbres que una definitivamente al pueblo y saque del gobierno a quienes prefieren una guerra fratricida antes que abandonar el poder. Todos los venezolanos de bien, de paz, decentes, que somos la mayoría, debemos unirnos, sin prejuicios, vamos a arrancarle de las manos el poder a los que han venido engañando al país durante años y ahora al quedar descubiertos quieren dominarnos por la fuerza, por ello, acuden a la violencia por miedo a perder sus privilegios. Es la hora de los venezolanos respetuosos de la Ley y, de quienes amamos esta tierra que nos vio nacer. Es la hora de construir un nuevo camino que nos lleve al reencuentro nacional. Es la hora de acabar con el odio que sembraron para dividirnos y aceptarnos todos como un solo pueblo. Es la hora de luchar, no el pueblo contra el pueblo, sino, el pueblo contra el gobierno que destruyó y aniquiló un país que es de todos. Es contra natura reducirnos a gremios, castas o comunas. Somos ciudadanos venezolanos. No estamos divididos entre familias, grupos o colectivos, como si los están las mafias que gobiernan, “agremiadas” entre cinco y diez familias quienes se repartieron el país, igual que lo hicieron los capos de las mafias italoamericanas del crimen organizado en los EEUU el siglo pasado.
Ahora, el gobierno acorralado por el descontento nacional, manifestado durante más de un mes por millones de venezolanos en las calles, inventó una salida que no ponga en riesgo su permanencia en el poder: la Constituyente Comunal, violando la Constitución pretenden elegir al menos la mitad de los 500 constituyentistas que promueven a través de gremios controlados exclusivamente por el Gobierno. No es otra cosa que la idea del partido único como ocurre en Cuba, pero, esto no resuelve el problema de fondo sino que lo agrava, nadie quiere en estos momentos discutir si hay que cambiar la constitución en algunos aspectos y, nadie quiere en estos momentos coexistir con el gobierno, menos dialogar con quien ha cometido delitos de lesa humanidad. Queremos un nuevo gobierno. Cuando comprendamos que la lucha no es de izquierdas y derechas, de pobres y ricos, de blancos y negros, de moros y cristianos, sino que, es el pueblo contra la dictadura mafiosa que no discrimina para coartar las libertades de todos, entonces, ese día parafraseando a uno de los americanos, grande entre los grandes, Martin Luther King Jr. gritaremos tanto en el 23 de Enero como en Prados del Este ¡Libres al fin!, ¡Libres al fin!, ¡Gracias a Dios Todopoderoso! somos ¡Libres al fin! Ese también es mi sueño. Venimos de la libertad y hacia allá vamos.
¡Mi opinión no es verdad ni mentira, sino fundada o infundada, compartida o no!