OpiniónOpinión Nacional

Venezuela: la nueva frontera

La torpe política exterior del régimen ha puesto en peligro nuestros derechos sobre el Esequibo  pero, por otra parte, el aproximadamente millón y medio de venezolanos que fueron obligados a exiliarse  ampliaron nuestras fronteras en cuanto a presencia humana en otros países.  La Venezuela del exilio es una realidad que debemos confrontar para aprovechar ese talento que se está enriqueciendo  con  experiencias de otros lares.
Durante nuestra vida republicana numerosos compatriotas fueron obligados a permanecer en el exterior. Bolívar fue quizá el primero.  Posteriormente, casi todos los gobiernos   se consideraron con derecho a expulsar a quienes les venía en gana. A veces, conmutaban la pena de cárcel por la no menos dura del exilio. Numerosos fueron los desterrados en tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez y más numerosos aun cuando el dictador Pérez Jiménez. También hubo  un muy reducido número de exiliados  en el período democrático previo a la llegada  al poder de la barbarie.
Con los rojos  se produjo un fenómeno nuevo. Al  tradicional auto exilio de políticos debido a las arbitrariedades del gobierno avaladas por fiscales y jueces, se sumó una nueva especie de exiliados. Son ciudadanos que no son activistas políticos. Unos emigraron porque  firmaron  la solicitud de referendo revocatorio presidencial, lo cual les limita las posibilidades de   trabajo. Otros, son venezolanos acosados por el hampa propiciada por el régimen o que tienen pocas oportunidades de trabajo debido a los robos de la propiedad privada por el régimen , a las políticas económicas que ocasionaron cierre de negocios y elevada inflación o sencillamente porque se cansaron de las peroratas de quienes han usurpado el poder estos últimos tres lustros.   
Quienes están en el exterior emigraron obligados y siguen espiritualmente en Venezuela. Incluso algunos realizan campañas con sus propios recursos para contribuir a desnudar al régimen ante ciudadanos de otros países. A veces apoyan las decisiones de la MUD y otras veces las critican. Tienen el mismo derecho de quienes se quedaron.  Todos ellos pasaron por dificultades iniciales, pero gradualmente progresaron  y están integrados al país que los acogió. El principal consejo que dan a los recién llegados es que deben dejar de lado conductas arrogantes y no tener a menos empezar desde abajo.
¿Regresarán a Venezuela cuando caiga la dictadura? Lo dudamos, pero son nuestros  mejores embajadores. Confieso que era de los que pensaba que este exilio de talento era una tragedia para el país. Sin embargo, después de leer el excelente trabajo coordinado por Tomás Páez, recogido en el libro  ¨ La voz de la diáspora venezolana¨, el cual puede conseguirse en Amazon, me siento optimista. Páez descarta lo de ¨robo de talento¨ utilizado por los rojos y  también lo de fuga de cerebros, adoptando más bien   la ¨circulación de cerebros¨  y postula que los venezolanos de la diáspora crearon una nueva geografía nacional. Sin desconocer el efecto negativo que tiene para el país la pérdida de tanto talento, ve también una oportunidad.
En su investigación encontró que la diáspora venezolana está integrada por personal no solo capacitado académicamente, sino también con mucha experiencia.  Un 12% tiene nivel de doctorado, 46% de maestría, 36% de licenciatura, 4% son  técnicos superiores.   Más del 92% no regresaría a corto plazo aun con un nuevo gobierno, pero un 47%  dice estar dispuesto a regresar cuando cambien las condiciones, reconociendo que ello llevará mucho tiempo. Un 85% está dispuesto a colaborar en la reconstrucción del país, desde su lugar  de residencia.  Para Páez la  pregunta no es si Venezuela perdió  o no, sino ¨cómo aprovechar el capital humano que ha ensanchado las fronteras del país para que  la ciencia, la empresa, la innovación, el desarrollo tecnológico y la calidad de vida resulten vencedores¨.
Recordemos la iniciativa del doctor Francisco Kerdel Vegas con el proyecto Talven, cuya experiencia debe aprovecharse. Páez propone la creación de un Observatorio como un paso en la dirección de identificar el capital humano y la forma en que puede contribuir a la reconstrucción de Venezuela.  Una Plataforma ¨para mantener una relación bidireccional de y con los venezolanos en el exterior, identificar obstáculos, problemas, aspiraciones y expectativas y ofrecer servicios y respuestas¨, proponiendo agendas en lo  económico, social, educativo, cultural y política, así como la necesidad de que embajadas y consulados se adecuen a esta nueva realidad. Este valioso aporte de Páez y sus colaboradores  contiene mucha información y testimonios. La misma debe ser leída y discutida por los interesados en la reconstrucción de Venezuela.
Como (había) en botica: Hoy las voces más equilibradas de esa inmensa mayoría que son los independientes critican con espíritu constructivo  las actuaciones de la MUD, pero esta   no cumple con su oferta de reestructurarse y depurarse.  Eulogio Del Pino declaró que el gas debe llegar sin especulación a las comunidades ¿ Y Pdvsa-Gas Comunal? Los cambios en directiva de Pdvsa son como el nombramiento del nuevo presidente del Banco Central: la misma ineptitud. Trump  ocasionará un gran daño  a los Estados Unidos y al mundo  ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba