¿Venezuela cierra sus puertas al mundo?
Contemplar la soledad del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, del que se han ido las principales líneas aéreas internacionales, ya no sorprende a nadie. No hay vuelos directos a muchas ciudades del mundo, cuando antes Caracas, y Venezuela en general, era un destino importante.
Ahora se suma el cierre de los vuelos a las Antillas Neerlandesas, como si eso fuese el mecanismo para impedir que las lavadoras sigan funcionando.
Aislarse pareciera ser la respuesta ante el incremento de las sanciones internacionales. Tal vez se piensa que eso es lo que le ha permitido a Corea del Norte y a Cuba mantener a su clase dirigente en el poder, a pesar de unas condiciones de vida cada dia peores para sus habitantes,
Pero la diferencia está en que Venezuela no es una isla y fue siempre la puerta abierta de América del Sur y, además, supo aprender y disfrutar en la mayor parte del siglo XX, lo que significaba vivir en democracia, lo que nunca ocurrió ni en Cuba, ni mucho menos en Corea del Norte.
Las puertas de Venezuela no se pueden cerrar por una decisión política caprichosa, eso va en contra de la propia esencia del ser venezolano, que por su ascendencia demográfica, es producto de una continua mezcla de diversas nacionalidades. Venezolanos cuyos ancestros provienen de España, Portugal, Italia, Colombia, Ecuador, Perú, Curazao, Líbano, Siria, China y tantos otros países, razas y religiones que han contribuido a que tengamos la mente abierta al mundo pero que tienen raíces profunda y orgullosamente tricolores.