Usurpador entrépito
La desidia que por espacio de 16 años y medio ha signado la conducta del gobierno en relación con la reclamación sobre el territorio esequibo, la pretendió superar el usurpador con una arenga en la asamblea nacional el pasado 6 de julio, tan desatinada como el decreto sobre las zonas operativas de defensa integral marítima e insular que ha debido ser derogado, para acallar el clamor de protestas y denuncias que originó su promulgación.
Es necesario recordar que entre los países de habla hispana de América Latina el único que no respaldó la reclamación venezolana que adquiere forma jurídica a raíz de la suscripción del Acuerdo de Ginebra fue Cuba. Sometida la conducción de la República a la tutela de Castro era previsible que Chávez abandonara la reclamación. El usurpador no modificó esa política, en la que cooperó como Canciller cuando las patéticas declaraciones de Chávez dejaron ver el abandono de la reclamación y de la política de estado, sostenida por todos los gobiernos con independencia de su ideología hasta la llegada de Chávez.
El usurpador en su discurso reincide en el grave error de ignorar que el asunto del territorio esequibo tenemos que dirimirlo con Guyana. ¿Tendrá miedo de enfrentarlo? Esquivando la existencia de esa realidad ha cometido el error de entrometerse en los asuntos internos de Guyana. Nada menos que en la decisión soberana de su pueblo de elegir nuevo gobernante; calificando al señor David Granger de marioneta de la Exxon y se ha encontrado que a diferencia de lo que el chavismo practica aquí, los guyaneses cierran filas y reconocen por boca del propio Donald Ramotar que fue el gobierno anterior, aliado de Chávez y Maduro, el que llegó a los acuerdos con Exxon.
El usurpador quiere despertar el patriotismo como arma electoral que le dé un respiro. Ya ha ocurrido muchas veces en el pasado en todas las latitudes. Se recuerda entre las más recientes la de Leopoldo “desafortunato” Galtieri y la guerra de Las Malvinas; pero Dios mío, ese hombre se enfrentó a Inglaterra e hizo que sus tropas pisaran suelo ocupado por los ingleses. Si declaramos la guerra a la Exxon ¿a dónde nuestros generales y almirantes conducirán las tropas? Pasa el usurpador de su actitud desidiosa, como canciller, a la de entrépito como usurpador, en materia que desconoce. Entre pitos y tambores nunca falta una corneta/ en mi casa tengo un perro que se llama no se meta.