«Unasórdida»
Desiré “Desi” Bouterse es el nombre del actual presidente de la República de Surinam. En 1980 lideró el llamado “golpe de los sargentos” contra el primer presidente constitucional del país y repitió en 1990 con un nuevo golpe de estado. Declarado culpable por el asesinato de 15 jefes opositores en 1982 y acusado por el trafico de 414 kilos de cocaína, tiene orden de captura del gobierno de Holanda, lo cual le impide viajar a los países de la Unión Europea. Con ese turbio historial de atrocidades, violaciones a los derechos humanos y comprobados vínculos con el crimen organizado, Bouterse y el Presidente de Venezuela forjaron una estrecha relación en 2010.
Otro ciudadano, Ernesto Samper Pisano, fue Presidente de la República de Colombia. Gobernó durante 1994-1998, bastante desacertado en lo económico, la mayor trascendencia de su mandato fue la acusación de haber recibido fondos del Cartel de Cali para su campaña. Si bien negó tal hecho, su tesorero, Santiago Medina, lo admitió, al igual que su Ministro de la Defensa, Fernando Botero Zea, quien en 1996 confesó ante la Fiscalía, que el mandatario sí sabía del ingreso de dineros del Cartel a la campaña que lo llevó al poder. Al final, por un arreglo político y una hábil defensa, se archivaron los cargos, el proceso fue precluido por el Congreso de la República, es decir, Samper no terminó culpable pero tampoco inocente…
Ambas historias vienen a colación porque el primero es hoy el flamante Presidente pro tempore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el segundo, acaba de juramentarse en Caracas –en acto transmitido en cadena nacional- como el nuevo Secretario General de la organización. Blanduras del baremo moral que se aplica en esa revolucionaria unión “antiimperialista”…