Un enemigo más con cada día que pasa
Ahora le tocó a Panamá. Como el gobierno de ese país tuvo la decencia (y la valentía) de alertar a su sistema bancario de que no era conveniente tener tratos con algunos venezolanos vinculados al lavado de capitales y a los financiamientos con fines oscuros, y como resultó que 55 eran burócratas del madurismo y 15 eran empresas vinculadas con familiares de la primera combatiente, ya salió el mil veces ilegítimo a caerle a denuestos al presidente Varela y a decretar prohibiciones que afectan más a los venezolanos que a los panameños. Es que al régimen que nos ha tocado padecer nunca le enseñaron el viejo apotegma de que “gobierno no busca pelea”. A lo mejor es que ellos, en su interior, saben que no son gobierno —entendido este como un ente que busca la eficiencia y honradez en los asuntos públicos, propicia la paz y la felicidad de sus ciudadanos y provee seguridad, educación y salud a la nación—¸que solo llegan a régimen (y no de los menos malitos). En todo caso, Panamá no ha hecho nada distinto de lo que han hecho los gobiernos de Estados Unidos, la Comunidad Europea, Suiza y otra docena de países responsables. Cómo será, que ¡hasta un paraíso fiscal como Andorra sacó su listica también! Pero es que el viejo refrán explica que “mapurite sabe a quién pee”. ¡Ni de vainas que Platanote va a decretar el cese de negocios con USA! Son los únicos que pagan cash los envíos de petróleo. Si rompen con ellos, ¿cómo van a seguir él y sus cómplices sisando del erario? Ni que fueran locos…
O sea, American Airlines podrá seguir aterrizando en Maiquetía, pero Copa no. ¡Claro, es que a La Fosforito le encanta Disney World y Universal Studios! Pero la línea panameña que era la única que continuaba sirviendo ese aeropuerto —en razón de que las demás aerolíneas del subcontinente habían abandonado el país por lo mala-paga que resultó el régimen— ya no puede ser empleada por quienes tienen que volar a diferentes países de Centro y Sudamérica. A esos, según el régimen, ¡que se los coma el tigre! Venezuela se está quedando aislada de los destinos internacionales. Quizá es a propósito. Es encerrarnos, como si la Venezuela de estos tiempos fuese la Albania de Enver Hoxha en el siglo pasado. Reducirnos a no saber nada del mundo exterior, a no disfrutar de los adelantos en tecnología, es mucho más difícil en estos días. Precisamente porque los avances tecnológicos ya están al alcance de hasta el más sencillo de nuestros paisanos. Pero no por ello van a dejar de cercarnos. Nos necesitan ciegos, sordos y mudos. No van a poder.
El tipo necesita tener a los mentecatos distraídos, mirando para afuera, para que no vean lo desastroso de su accionar (quizá sería mejor decir, “su falta de acción”). ¿Y qué mejor que pelearse con gente que —está seguro— no va a descender a su terreno? El atorrante acaba de decirle al presidente de Francia, «pelele» de Donald Trump, y «sicario de los intereses de la oligarquía francesa”. ¿Se va a dignar Monsieur Macron responder a Platanote? ¡Ni de vainas! Cuando mucho, le dirá a su canciller que mande a citar con un funcionario de tercera al embajador de Caracas para que le muestre el tramojo. Lo mismo hace con cualquier mandatario sudamericano que esté haciendo esfuerzos por adecentar su administración y acabar con los desastres que heredaron de coleguitas rojos del Foro de São Paulo; Macri, Piñera, Temer, Moreno son frecuentes víctimas de los dicterios ciliafloreros. Pero no se queda en el subcontinente; también insulta frecuentemente a los presidentes de España, México y Estados Unidos y a cuanto represente el gobierno de Europa que reside en Bruselas. Pero a estos los insulta al por mayor porque, si no sabe pronunciar “Trump”, ¿cómo va a articular “Juncker”, “Mogherini” o “Draghi”?
Volviendo al comienzo, al nortesantandereano y sus compinches tuvo que dolerles mucho que los dejaran al descubierto en la fechoría más reciente que se les conoce, porque la reacción del régimen de bloquear a las empresas panameñas que funcionan en Venezuela (empresas de verdad, no de maletín, como las de aquellos) es desmedida. Tanto que, como respuesta, a Panamá no le quedó sino retirar a su embajador y solicitarle al nuestro en el istmo que vaya recogiendo sus macundales y que regrese a su país de escaseces, de las largas colas y del “no hay”. Me imagino que en el menaje de regreso, protegido por la inmunidad diplomática, vendrán grandes cantidades de whisky mayor de edad y otras menudencias de la vida civilizada a las cuales se acostumbró cuando se codeaba con embajadores de verdad-verdad.
Hay que salir de esta gentecita peleona, ratera, mentirosa e ineficiente. Pero eso no se hace votando en la patraña del 20-M. Se logrará con una abstención militante, activa, que llene las plazas y parques ese día para demostrar el contraste entre los centros de votación vacíos y las muchedumbres alegres que saturan los otros espacios públicos.
Otrosí
Recomiendo a todos, especialmente a mis compañeros de armas, la lectura del manifiesto titulado “La condición militar en Venezuela” que firman, entre otros José Curiel, Américo Martín, José Toro Hardy y Emilio Figueredo. Termina con la frase con la cual todos debiéramos estar de acuerdo: “Venezuela más que nunca se quiere unida y plural, respetuosa de la opinión ajena e irrestricta defensora de la paz y de los derechos humanos”.