Trump conspira, contra una salida política negociada para Venezuela
Miguel Molero
Quienes nos dedicamos a la lectura permanente y a la investigación de las informaciones que nos traen los cables internacionales, podemos acertar o equivocarnos en mayor o menor grado sobre las opiniones que emitimos de estas lecturas e investigaciones sobre los casos económicos, políticos, de relaciones internacionales entre los países y, de los conflictos geopolíticos que se producen como consecuencia de la lucha por el poder. No están exceptas tampoco nuestras opiniones, de un determinado nivel de subjetividad. De lo que estamos seguro es que nuestras opiniones y razonamientos, guardan coherencia en función de los datos analizados. No tenemos además, la pretensión de creer que nuestras opiniones son infalibles, ni pretendemos tampoco, marcar pauta política alguna a grupos, ni a partidos políticos incluible el nuestro (AD).
El fin último de nuestras opiniones, no es otro que el de intentar servir de ayuda al análisis y al debate político, económico, internacional, geopolítico y geoestratégico, de los temas que tratan los cables internacionales y las informaciones que revisamos permanentemente, pues, la pereza por la lectura conduce inexorablemente a la “anorexia” intelectual, lo cual provoca a su vez, que la mayoría de la gente de por establecidas muchas cosas que no cuestiona porque no entiende debido al excesivo pragmatismo y la falta de análisis teórico de muchos de nuestros cuadros dirigentes, no solo del político, sino también de otros (empresarial, cultural, etc.).
Dentro del análisis de la realidad anterior, a uno le surgen un conjunto de inquietudes sobre la conducta política que asume, una buena parte de nuestra elite dirigente con respecto a las decisiones que toma los EEUU, nuestro principal aliado en la lucha contra el régimen criminal chavista, el cual hace 20 años, viene destruyendo a Venezuela. Intentemos analizar el siguiente caso.
Si se ha llegado a la conclusión de que Cuba maneja la política de Venezuela, y Mike Pence, afirma que ha llegado el momento de liberar a Venezuela de Cuba y de expulsar a Maduro del poder y de igual manera, se ha descartado el procedimiento de la fuerza para este objetivo, como entonces interpretar que John Bolton anuncie sanciones adicionales al bloqueo económico, financiero y comercial que desde el 7 de febrero de 1962 se viene aplicando contra Cuba, anunciando la aplicación del Título III de la ley Torricelli que los distintos presidentes de los EEUU habían venido suspendiendo incluyendo al propio Trump, quien el 12 enero de 2018 suspendió la aplicación del susodicho Titulo por seis meses a partir del 1 de febrero de 2018. Se conoce además, que Trump ha tenido el cambio del régimen en Venezuela en su agenda política desde el inicio de su presidencia, no como un interés político irrestricto hacia a Venezuela, sino como un paso hacia el cumplimiento de su promesa de campaña de poner fin al acuerdo que hizo Obama con Raúl Castro, es decir, el “redito” político que persigue Trump, no es Venezuela, sino Cuba, vale decir, si fuera Venezuela, racionalmente no se entendería como es que se incrementa la precisión contra Cuba, digo esto, porque he venido sosteniendo en esta columna desde el 2002, y en mi sección de comentarios que Venezuela, representa desde entonces para Cuba, no los barriles de petróleo que Venezuela pueda suminístrale como han señalado algunos otros analistas, sino un “grillete” geopolítico en su lucha en favor del levantamiento del bloqueo económico, financiero y comercial, que durante 60 años le ha mantenido los EEUU. Razón por lo cual, en mi criterio, las medidas de Trump y sus Halcones (Mauricio Claver-Carona, Elliot Abrams, Mike Pence, John Bolton) lo que hacen a presionar a Cuba, es obstaculizar una salida política negociada para Venezuela.
“He dejado claro que Estados Unidos no tiene la capacidad ni la intención de imponer el cambio en Cuba. Quiero que sepan que mi visita aquí demuestra que no necesitan temer una amenaza de Estados Unidos”: Barak Obama en el Teatro Alicia Alonso en La Habana, en marzo de 2016. Después de tres años de este pronunciamiento de Barak Obama, las cosas parecen haber cambiado en la Casa Blanca con la llegada de Donald Trump.
Investigaciones importantes apuntan, que en Venezuela los cubanos manejan los registros mercantiles y las notarias públicas, por lo cual, conocen que propiedades tienen los venezolanos, manejan igualmente el sistema de identificación, vale decir, cedulas, pasaportes y tienen además presencia, en los aeropuertos y puntos de control migratorio, de igual forma tienen el control de los sistemas informáticos de la presidencia, de los ministerios, de los programas sociales, de los servicios policiales y de Pdvsa.
Se dice además que Ramiro Valdez Menéndez, segundo vicepresidente del Consejo de Estado cubano, es quien maneja a los militares venezolanos a través del servicio de inteligencia cubano, calificado por los Estados Unidos como uno de los más eficaces del mundo. Ramiro Valdez es un hombre ajeno a los medios de comunicación, no le agrada dar declaraciones, ni aparecer en entrevista en televisión, pues sostiene, que no le gusta hablar en términos personales, de las cosas que hace o dirige, puesto que para él, el resultado de su trabajo es consecuencia de un equipo, donde él, es uno más.
Ciertas o falsas estas investigaciones, lo objetivo es, que la elite política cubana es una de las mejores formadas del mundo y una con la mayor experiencia geopolítica del mundo (crisis de los misiles en 1962, guerra de Vietnam, de Angola, desaparición de la URSS, otras). Fue en mi opinión esta elite política, la que logro abortar la “insurrección” cívico-militar contra Maduro del 30 de abril de 2019, con los resultados geopolíticos conocidos.
Todo lo anterior es importante tomarlo en cuenta, en momentos cuando a finales de este mes de Julio se realiza en Caracas el 25 Encuentro Internacional del Foro de Sao Paulo, cuando países como Colombia, Brasil, Argentina y México están pasando por una situación de polarización política, que compromete los intereses occidentales desde el punto de vista desde la perspectiva del conflicto geopolítico de la lucha por el poder.
El miércoles 17 del mes en curso, tuve la oportunidad de leer un interesante trabajo de Juan Carlos Zapata (“Una advertencia que llega de Rusia y que Maduro no escucha”), donde analizaba lo dicho por Putin y por los expertos rusos sobre la razones del derrumbe de la Unión Soviética, y sobre el caso omiso que hace Maduro del informe de Bachelet, pues según Zapata, tanto Putin como Bachelet, señala que la crisis comenzó antes de las sanciones. Se le escapa a Juan Carlos Zapata que Putin envía militares a Venezuela supuestamente para cumplir con acuerdos bilaterales-intergubernamentales de asistencia militar. Estas acciones en mi opinión, fortalece el accionar político de Cuba en Venezuela, siendo que Cuba resguarda políticamente los intereses de Rusia y China en Venezuela, podríamos derivar, que las presiones de Trump contra Cuba, lo mismo que las sanciones contra Rusia e Irán, conspiran contra un acuerdo para una salida política negociada al conflicto de Venezuela,