Tragedia en la Amazonía
Desde hace un par de semanas varios incendios forestales están consumiendo miles de hectáreas de la Amazonia; según información oficial, cerca de un medio millón de hectáreas ya están calcinadas, equivalentes a unas seis veces la extensión del Waraira Repano; quizá por algún afán de piromanía y/o desidia oficial, comenzó por Mato Grosso, zona agropecuaria de Brasil, donde el bioma más afectado viene a ser, indefectiblemente, el del río Amazonas y su cuenca, con la circunstancia agravante de que quizá por acción de los vientos, las llamas se han dirigido hacia el oriente del país, departamento de Santa Cruz, frontera Brasil/Paraguay, donde se declaró situación de desastre, una tragedia de proporciones planetarias inciertas.
La situación se complica, más aún, por la descarga de dióxido de carbono que no solo afecta a la provincia de Tahuamanu en la frontera Brasil/Bolivia, no representa riesgo a Perú, sino por la polución, para lo cual no existe procedimiento de contingencia alguno, como por ejemplo cuando hay un derrame de petóleo en las aguas.
No obstante, aunque el incendio se controle, totalmente, quedan los daños al medioambientales (desertificación), cuya rehabilitación tomará un tiempo indefinido y oneroso, pudiéndose llegar a un punto de no retorno para nuestro hábitat ante la misma destrucción de la vida otgánica, tal y como se experimenta hoy día.