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Toma de Puerto Cabello, gloria del general Páez

Por su ubicación geoestratégica, idónea y obvia en el Caribe, luego de las batallas de Carabobo y naval del lago de Maracaibo, este lugar se había convertido en la avanzada preferida de los españoles al mando del canario Sebastián de la Calzada, inermes y fatigados  aún en Venezuela

Tras la Campaña de Carabobo, que Bolívar culminara con todo honor en el campo donde Venezuela lograse su libertad definitiva del yugo español, Puerto Cabello queda como último reducto de la Corona en territorio venezolano, con el brigadier Sebastián de la Calzada, quién desde 8/1823 a causa de la capitulación de Morales ante los republicanos en Maracaibo, queda como gobernador militar de dicha plaza, cuyas operaciones dirige desde el fortín o fuerte Mirador de Solano, (en honor al capitán general de Venezuela, don José Solano y Bote).

La noche entre los días 7-8/11/1823 el ejército a cargo del general José Antonio Páez toma por asalto la ciudadela de Puerto Cabello. Los combatientes, unos 450 infantes del batallón Anzoátegui más unos cien lanceros a pie,  de la guardia de honor del general Páez, al mando del sargento mayor Manuel Cala llegan al fortín, gracias a la bajamar, por los manglares cuya acción, mediante una operación anfibia, inician desde las 10 de la noche del 7/11 por el flanco oriental del dispositivo realista  con éxito notable en la misión. El 8/11 día del asalto, a las cinco de la mañana las baterías republicanas  arremeten sin tregua, todo como parte de una estratagema que el general Páez, hombre impertérrito y aplomado concibiera astutamente, para distraer a los realistas, mediante un aparente ultimátum. Logra entrar por los manglares – plantas de la zona intermareal- , mediante una operación anfibia, a objeto de llamar la atención del enemigo al frente y fatigarlo aquella noche hasta tomarlo por sorpresa; maniobra que dura unas cuatro horas. Se origina un combate  muy reñido dentro de la plaza con unas 156 bajas realistas más unos diez patriotas. El castillo cede cuando tras rendición de la Calzada, sus oficiales comprenden la banalidad de resistir; el general Páez mantiene su oferta de una capitulación en términos muy generosos, la cual cumple cabalmente. Y, el proceso de rendición culmina incruentamente. Y,  Venezuela queda libre. Los realistas se trasladan en buques de la Gran Colombia hacia Cuba, otro bastión español, hasta 1898, junto con Puerto Rico, inspiradas en los ideales resonantes del Libertador Simón Bolivar.

Con esta acción, otra de las glorias del general Páez, culmina el proceso independentista, que se inicia desde el 31/ 7/ 1817 en La Asunción, cuando el coronel Francisco Esteban Gómez vence a los realistas en la Batalla de Matasiete, pues desde 1816 Margarita ya era un bastión geopolítico de los patriotas.

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