Tirando flechas

Agobio permanente, la escasez de los insumos básicos, la  muerte cotidiana que rifan las calles, la ocultación de los reportes oficiales sobre la inflación que ha convertido en documentos clasificados, refuerzan el ya sólido pesimismo que pesa sobre la suerte del socialismo que nos ha hundido. En lugar de la rectificación, de la necesarísima corrección del rumbo, el gobierno se burla de una población que ha dado testimonio de una irrepetible paciencia.

Ahora, Nicolás Maduro promete trastocar ese país hundido en otro insignemente industrializado, capaz de exportar alimentos. A falta de respuestas inmediatas y concretas, va tirando flechas y, como si revelase un secreto que ha esperado por largo rato revelarr a la espera de los aplausos, tira otra flecha: la sustitución profunda de las importaciones.

Nadie sabe cómo y cuándo nos convertiremos en la potencia prometida, de la que habla el llamado Plan de la Patria que, curiosamente, reivindica a aquél V Plan de la Nación conocido como el de la Destrucción Nacional, gracias a Pérez Alfonzo, pues, por lo menos era … plan.  Y mucho menos, apreciamos la salida del presente marasmo en los propios cauces de un modelo fracasado, trayendo a colación una vieja nomenclatura cepaliana.

La actitud fundamental de todo gobernante es la de responder por lo que ha hecho y ha de hacer, frente a sus gobernados. Sin embargo, los que hoy ostentan el poder, no lo hacen y reclaman la atención a esa vieja chistera que dirá sorprender a propios y extraños: actitud propia de un espectáculo que se acaba, con un escenario de chistes repetidos y maromas degastadas.

Fracasado el denominado Plan Patria Segura, reinventan un nombre para el sucedáneo creyéndolo prestigiar por sus siglas: OLP. Ocurre que los eufemismos están agotados, como las ideas, repitiéndose enfermiza e incansablemente.

@LuisBarraganJ