Tal para cual
El teniente Pelo, que digo Cabello, anuncia al público que “el que no vote no come”. Es sin duda la forma más clara bajo la cual “el socialismo del siglo XXI” le informa a sus seguidores ¿o será a sus esclavos?, que no se trata de que simpaticen o no con la causa, esa simpatía la necesitaban Chávez, Cabello, Rangel, Alí Rodríguez y un largo etcétera cuando compitieron electoralmente en un régimen democrático (q.e.p.d.) y mientras quisieron aparentar su existencia.
Ahora el mensaje, no hay que negarle méritos, es más sincero. Dado que han predicado que “la propiedad es un robo”, se han encargado de expropiarla: “exprópiese era el grito”. Desde luego el manejo incorrecto del idioma expresó “exprópiese” cuando quiso expresar “aprópiese”; y se fueron apropiando de todo lo que hay en el suelo y en el subsuelo, porque es bien sabido que la propiedad que es un robo es la que te pertenece a ti lector, o la que me pertenece a mí, pero no la que le pertenece a quienes nombré, o les perteneció puesto que algunos ya están muertos, aunque sus herederos no tienen que trabajar para comer, por lo que desde luego ni siquiera tienen que ir a votar y la amenaza de Pelo, les resbala.
La amenaza, es un llamado angustioso a votar, pero no se asemeja ni siquiera a la que en algún momento fue llamado “voto asistido” para evitar confusiones “entre los seguidores”; y menos aún resultados como el de diciembre de 2015, del que se percataron demasiado tardíamente, resultándole imposible a la Lucena establecer “una tendencia irreversible”. Ahora se trata de corregir ese error, y como agotaron o se apropiaron de los medios de seducción y no están dispuestos a compartir parte de lo que tienen para obtener el voto, no queda otro recurso que la amenaza.
Los socialistas del siglo XXI han superado a los godos del siglo XVIII que no se dieron el lujo de privar de alimento a sus esclavos y a pesar de ello, no pudieron impedir que al iniciarse en el siglo XIX el movimiento independentista, esos esclavos se sintieran más seguros del lado de España que del lado de la independencia. Fue una tarea ímproba ganarlos para la causa independentista. Pero no tenemos que detenernos a recordar cosas tan lejanas en el tiempo, puesto que de la Batalla de Carabobo se cumplirán el próximo 24 de junio, doscientos años, vale decir dos siglos, cuando tenemos una amenaza tan profunda, como la de volver a imponer la esclavitud.
El teniente Pelo amenaza con la muerte. Sí con la muerte, porque que otro nombre puede dársele a privar de alimento a quienes carecen de medios para adquirirlos por sí mismos. No te perturbaré lector citando las otras frases que pronunció el teniente para enfatizar su amenaza. Solo basta decir, que la iteración al pronunciarlas evidenció la complacencia que encontraba en su amenaza. Sadismo de la peor especie.