Sin duda, son presos políticos
La lucha política, contra un régimen, se registra cuando este, a través de la antipolítica, impide ejercer derechos y deberes a sus nacionales o coterráneos que pertenecen a movimientos o partidos políticos que lo critican y antagonizan. Justo allí, es cuando empieza la exclusión y segregación. Y por ende, quien sea víctima de estas miserias humanas, está en su derecho de defenderse. Allí es cuando un ser humano llega a la determinante definición de la supervivencia, por el natural e ineludible, instinto de la preservación individual y colectivo. Pues, aunque la violencia, sea lo último que apruebe un hombre de paz, para preservarse y no ver a los suyos rumbo a la humillación, a la cárcel, al exilio o a la muerte. Pero, inevitablemente, después de probar todos los recursos de la no violencia; de manera lamentable, la violencia, será el último recurso que usará para sobrevivir un hombre de paz. En consecuencia, los venezolanos, aunque están cerca, no han llegado a este punto; pero sí han expresado su desacuerdo a través de todos los procedimientos democráticos y constitucionales. Entonces, ¿por qué el gobierno chavista-madurista usa y endosa el término de violentos contra sus adversarios políticos?
Por causas políticas, en Venezuela, hay centenares de presos políticos, que “la revolución” no quiere reconocer como tales. Además, existen miles de personas en condición de arresto domiciliario, medidas cautelares de presentaciones periódicas, sin contar a los millones de ciudadanos con roles de excluidos, segregados, perseguidos y exiliados por hacer política. Esto estigmatiza al actual régimen.
Christopher Streasser, corredactor de la definición de “preso político” que adopta el Consejo de Europa, el 3 de octubre de 2012, en una entrevista concedida a la Sociedad para los Derechos Humanos Internacional (SIDDHH), emite una definición que sintetiza de la siguiente forma: “Un preso es un preso político cuando su encarcelamiento y condena vienen en contra de la Convención Europea de Derechos Humanos y de las garantías fundamentales, en particular la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, la libertad de expresión y de información, la libertad de reunión y la libertad de asociación, cuando la detención ocurrió por razones puramente políticas, no relacionadas con un delito, cuando la duración del encarcelamiento o las condiciones carcelarias por razones políticas evidentemente no están proporcionadas al delito, si la persona está en prisión por razones políticas en forma discriminatoria en comparación con otras personas o si la detención es el resultado de procesos claramente injustos y parece estar relacionada con razones políticas del gobierno.” Y seguidamente, agrega: “Las personas que utilizan la violencia o incitan a la violencia, no pueden atribuirse el mérito de ser «presos políticos», aunque afirman haber actuado por razones «políticas». “ Y es aquí, precisamente, donde se aferran los gobiernos violadores de derechos humanos, para destrozar a sus adversarios. Pues, de acuerdo a sus torcidos intereses, interpretan lo que es la violencia y qué es violencia a su conveniencia, sin ver la propia o la que practican contra sus contendientes. Así, eluden, violan y sustituyen a la Constitución vigente, con planes gubernamentales paralelos, mientras subrepticiamente, dan rienda suelta, a sus proyectos oscuros.
El régimen chavista-madurista que se hace llamar revolucionario, se ufana de ser socialista, humano y propugnador de la justicia; pero que de hecho están en contradicción y desacato con todos los preceptos constitucionales, con los tratados suscritos y acordados con organismos internacionales, como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que es órgano principal y autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA); ciertamente, este gobierno en los hechos, calumnia, difama, apresa y dispara mortalmente contra sus opositores políticos. Lo peor, esto no se queda aquí; porque, después de apresarlos, siembra falsos testimonios en los expedientes para acusarlos de violentos y de delincuentes. Además, usa Cadenas Presidenciales y a los medios de comunicación oficialistas para emitir mensajes infamantes y adjetivos degradantes. ¿Por qué lo hace? Su objetivo es evitar, que estos presos, sean llamados presos políticos, negarles sus derechos, desviar su defensa y obstaculizar los objetivos de los abogados defensores, además de generar miedo y anular la solidaridad del pueblo. Y aunque el régimen chavista-madurista trate de desmentirlo, desde su entrada ha tenido presos políticos y perseguidos políticos. Es por ello, que ante la carencia de libertades, de artículos de primera necesidad y de felicidad, el mundo, unido al pueblo venezolano, exige libertades democráticas, económicas y liberación de presos políticos.