OpiniónOpinión Nacional

Resteados, todos

Nuestros peores temores se están haciendo realidad, el revocatorio está suspendido, a pesar de tanto pedirle a Dios y al destino que no permitieran que nos echaran la partida para atrás y nos defendieran de todo mal, Amén.

Más pudo el temor de perder piso y poder político, por parte del gobierno, que los valores que preconiza detalladamente nuestra Constitución y que son harto conocidos por todos y sobre todo por aquellos que la soslayan o tuercen. Con el agravante que las personas escogidas para defender esa Constitución y hacerla efectiva, son, en este caso, quienes más la han maltratado, con la anuencia y pasividad cómplice de las fuerzas armadas y el poder judicial.

Ahora, y por unos días, vamos a estar un poco desubicados.

Nuestras mujeres, como siempre, saben más que hacer que nosotros. Si por ellas fuera ya las cosas se habrían resuelto a la brava y a la fuerza, y se habrían acabado tantas mingonerías y bravatas que no conducen a nada. El gobierno sería otro y no tendríamos mayores cosas de las que preocuparnos excepto del bienestar familiar y los pagos perentorios. Es que así son nuestras mujeres y las de todo el mundo. Saben manejar el hogar, su empresa, su reino, su nación y lo hacen bien.

Nosotros, los varones, en cambio, nos diluimos con bastante frecuencia, tratando de evitar males mayores, protegiendo nuestros hogares, ingresos y estabilidad psicosocial. Nosotros estamos convencidos que sí sabemos de política y de elecciones y de palos, golpes, maltratos, asesinatos, sicariatos, cárcel, interrogatorios policiales y del SEBIN, juicios amañados, siembra de evidencia, chantajes, ilegalidades, inseguridades, exclusiones, cesantías laborales y falta de trabajo e imposibilidad de que te contraten. Es decir, nosotros tenemos un miedo que ellas no suelen tener. ¡Gracias a Dios!

Pero como dice el refrán: ni tan calvo ni con dos pelucas.

Yo, francamente admiro a nuestras mujeres. Ellas son como éramos los varones antes: proactivos, impacientes, arrojados, directos, imbuidos de energía inagotable y optimismo incurable, siempre dispuestos a las más difíciles tareas en la búsqueda de los más altos, honrosos y exaltados honores y recompensas morales. Los cuentos ancestrales infantiles lo atestiguan. No hubo príncipe que no luchara con denuedo por sus creencias, su amor, o la felicidad de un pueblo. La guerra se hacía por que sí. Alejandro salió, conquistó batallando y ni lo pensó dos veces, él era el portador de la felicidad para los pueblos sometidos y para su Macedonia. Julio César conquistó las Galias y lo hizo sin meditar mucho las consecuencias para él y su familia. No se le aguaba el ojo. Lo mataron por populista y por disponer de los bienes y derechos de los demás.

Los hombres, salvo excepciones, por supuesto, siempre fuimos carne de cañón. La primera línea de la defensa y del ataque. Las mujeres el apoyo logístico, como se dice hoy día.

Ya, los hombres y nuestra explosiva brutalidad, no somos tan necesarios. La electrónica hace la guerra por nosotros. Sin embargo, a la hora de la lucha política y desde hace más de cien años, con la inclusión de las mujeres, el voto individual sigue siendo el arma más contundente para el control y estabilidad política, y ahí, somos iguales. Nuestros votos valen lo mismo. Afortunadamente.

Ante sucesos tan adversos a la modernidad, como son los vividos en estos últimos dos años en Venezuela y particularmente los sucedidos en las últimas semanas y hace apenas tres días, en los que se truncaron las aspiraciones de más del 75% de la población de ir a un referendo revocatorio para enjuiciar en ese acto la gestión de Nicolás Maduro, Presidente de la República, basados en argucias y tramoyas con complicidad de jueces temporales venales de tribunales penales sin capacidad para incidir, según la Constitución, en materia electoral, pero con la también complicidad necesaria del CNE, que finalmente y en una movida manipulada y concertada, suspendieron la recolección de firmas del 20% necesarias para efectuar posteriormente el revocatorio.

Son más que evidentes la artera actitud del gobierno, su debilidad política, la escasez de apoyo popular que tienen y el temor que les embarga ante la realidad de su fracaso en todos los órdenes, sus mentiras y falsos testimonios sobre los líderes y personas de la oposición y el pavor que representa para muchos de ellos la inmediata y futura divulgación de corrupciones, tráfico de influencias y drogas, así como lavado de dinero, en los que estuvieron o están inmersos.

Pues bien, ese panorama caótico y desalmado en contra del pueblo, exige de parte de todos una actitud que tienda a resolver, en el corto plazo, la situación y monte de nuevo en los rieles ese tren descarrilado, con tantos vagones volteados y fuera de servicio útil, que son, en este momento: la democracia, la seguridad, la alimentación, la economía, la justicia, la salud, la educación, los poderes públicos y la Asamblea Nacional y ni que decir de los valores cívicos, morales y religiosos y de las buenas costumbres y el respeto a los semejantes.

Toda una tarea y como hombres y mujeres de esta misma tierra debemos afrontarla en igualdad de condiciones.

Mujeres resteadas con hombres que las apoyamos de forma irrestricta, varones proactivos, decididos y sin condicionamientos mayores que el respeto por sus familias y sí mismos y el amor por el país, apoyados y estimulados, como siempre, por el amor y la dedicación de esas valientes compañeras y que todos echemos a andar juntos, sin parar, cumpliendo aquello que decía Antonio Machado: “… caminante, no hay camino, se hace camino al andar.”

Yo no sé que tenemos que hacer, ni cómo hacerlo, así que hagamos lo que ayer iniciaron nuestras mujeres. Caminemos, salgamos a la calle, veamos qué nos ocurre haciendo camino al andar. Nada se nos va a resistir.

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba