¿Quieres Libertad? Tiene un precio
Hacemos un paréntesis en el Ciclo CIRUGÍA DE CORAZÓN ABIERTO.
Para mis lectores que no son venezolanos, en mi país se libera una batalla el día 28 de Julio: habrá elecciones presidenciales… las más injustas y amañadas de la historia de nuestra historia democrática. Ya ha habido más de 80 detenciones arbitrarias, pero lo más probable es que en ese día y los siguientes haya miles de encarcelamientos arbitrarios, agresiones policiales, desaparecidos y centenares de muertos. Por ello hago un importante paréntesis.
Cuando algo en la vida nos reta hasta los límites, nos impela a transformarnos para enfrentar ese reto. La única manera que conozco de iniciar un proceso de trasformación personal (o social) es de reconocer ¿por qué he llegado a dónde estoy? Y, sobre todo, ¿Qué he hecho yo para estar frente a este trascendente desafío?
Por ello, necesitamos comenzar con un mea culpa.
Si crees que los chavistas son unos ineptos y no se merecen estar en el poder, si crees que es injusto que personas de poco talente moral lleguen a posiciones de mando y regenten la economía de uno de los países más ricos en materia prima del mundo en su propio beneficio a espaldas del pueblo… pues déjame decirte que no tienes razón: ellos están ahí por nuestra desidia, porque nosotros fuimos mal-agradecidos con todas las bondades Venezuela nos había dado y el sacrificio de tantos a través de nuestra historia… “si no te interesas de los asuntos de tu gobierno, estás condenado a vivir bajo el dominio de los necios” (La República – Platón). Así que están ahí por justicia a nosotros… y si aún tienes alguna duda, déjame clarificar nuestra responsabilidad con matemáticas, en 1998 cuando Hugo Chávez fue elegido presidente, había 11 millones de votantes registrados y una participación del 63.45%. La supuesta calamidad de Venezuela ganó las elecciones con 3.6 millones de votos, es decir con sólo el 33,36% de la población votante.
Para la muestra un botón: primos míos y amigos me comentaron entonces que votaban por Chávez para castigar a los adecos y copeyanos… pues resulta que todos terminamos castigados por nuestro egoísmo, nuestra desidia, falta de responsabilidad y de talante moral.
Retados por un gran desafío
Cuando somos enfrentados por un inmenso reto, necesitamos sumar todas nuestras fuerzas, inteligencia y determinación para rebasar dicho reto, generalmente es tan grande el desafío, que si lo logramos creemos que ya llegamos a dónde teníamos que llegar y podemos relajarnos; así es como nos deslizamos al mismo escenario que dejamos. TODOS los desafíos trascendentes en la vida que nos exigen darlo todo para enfrentarlos, requieren a posteriori, mantener la tensión y la determinación para sostener el logro de haberlos conquistado… porque las fuerzas que enfrentamos y nos llevaron a este punto álgido, no han sido derrotadas y seguirán tratando de desmantelar nuestro logro y menoscabar nuestro esfuerzo.
Nada más cierto con la empresa que nos presenta: las elecciones presidenciales del 28 de Julio. Estemos claros: el mayor enemigo somos nosotros mismos: nuestras expectativas y la falta de visión en lo que enfrentamos con esa victoria. Con el logro podemos minimizar al verdadero adversario y no reconocer que fue nuestro egoísmo, trabajar por nuestros beneficios personales, todo ello obstaculizará la concreción del logro al alcanzar la victoria el 28. Que por cierto fue parte de lo que pasó en abril del 2002 cuándo Carmona Estanga pretendió la presidencia fuera de las formas y con aquellos que vieron la oportunidad de posicionarse en las esferas del poder: “ya los sacamos, a ver cómo me posiciono.”
Lo peor que enfrentamos puede ser nuestra mayor bendición
Quizás no lo tienes claro, pero estamos frente el reto más grande que haya enfrentado Venezuela luego del movimiento independentista iniciado en 1810. Todo lo que habíamos construido como pueblo y sociedad está devastado y desvirtualizado, estamos frente al caos primigenio de nuestra patria, tenemos que construirla desde la base. Lo peor es lo que han hecho a nuestro más valioso recurso, “Lo primero que hay que recuperar y reconstruir es al SER HUMANO, sus valores. Este nefasto régimen ha deshumanizado a todo el que ha podido,” me decía una buena amiga que es profesora de política en Caracas. Necesitamos sembrar los valores que van a hacer crecer a nuestros hombres y mujeres, sólo así podemos construir la nueva república y elaborar un nuevo Contrato Social, que no es otra cosa que la visión de qué tipo de Venezuela vamos a construir.
¿Creemos que nos merecemos un milagro? Porque nada menos pedimos; pero los “milagros” son hechos sólo por hombres y mujeres que están dispuestos a desafiar su propia naturaleza y las mayores adversidades, que tienen una visión y convicción de que trabajan por algo mucho más grande que ellos. Si pretendemos construir una Venezuela que pueda enfrentar la maldad, el egoísmo, el narcisismo y la miopía de personas, organizaciones o países que quieren usarnos en provecho propio, nosotros, todos y cada uno de los venezolanos necesitamos crecer y madurar personal, social y políticamente. No hay otra.
Dejemos atrás el “cuánto hay pa’ eso”
Nunca fue más certera la cita de John F. Kennedy: Mis compatriotas, no pregunten qué puede hacer su país por ustedes, pregunten qué pueden hacer ustedes por su país. Venezuela necesita desesperadamente del talante moral, del sacrificio personal, del trabajo arduo de todos para construir un país grande e inclusivo para TODOS.
Nuestra cultura política y actitud social de “nuevos ricos” del pasado, nos llevó a 26 años de destrucción, hambre, muerte y devastación… el esfuerzo, el dolor, el sacrificio y la fuerza que nos ha alzado a dónde estamos hoy, no tendrá su fruto por ganar las elecciones del 28 de julio, el fruto lo veremos luego de sembrar, cuidar y regar una nueva Venezuela. Tenemos que cambiar el “cuánto hay pa’ eso” por “para qué soy bueno.” Todos tenemos que arrimar el hombro, y preguntarnos ¿Qué tengo que sacrificar? ¿Qué puedo hacer, a dónde tengo que ir?
La calle debe ser nuestro hogar
No debemos buscar la venganza… lo que tenemos es que apoyar a los líderes que nos trajeron hasta aquí. “La calle debe ser nuestro hogar” incluye dos importantes ideas: con la calle sostendremos y apoyaremos todos los cambios y resistiremos todo lo que vendrá en contra del cambio; pero también significa que tenemos que fomentar la paz y sacrificar nuestras ideas y opiniones en favor de una Venezuela para todos. Todos, aun los que se equivocaron, son venezolanos.
Sigue siendo una verdad trascendente: si quieres paz, trabaja por la justicia; pero ya se encargarán los que lideran todo este movimiento, hacer justicia del pasado. Nosotros busquemos la justicia del presente que incluye a todos y genera paz social y progreso: sin nosotros, esa paz no es posible.
Ahora, vamos a defender los votos, a ser responsables de que el trabajo y sacrificio de tantos dé el resultado que el pueblo afirmará el 28 de julio… pero recuerda, el trabajo verdadero viene luego de ganar y sin ti es imposible construir una Venezuela prospera, justa y grande para que nuestros hijos e hijas se sientan orgullosos de ser venezolanos.
Quién sabe, quizás volvamos a trazar el camino de la libertad a toda América Latina, como lo hicieron los grandes hombres y mujeres en la guerra de independencia que comenzó en 1811.
El próximo martes…
Toda la fuerza del Ser
Luego de este paréntesis importante, seguimos con el ciclo de CIRUGÍA DE CORAZÓN ABIERTO. Para construir un edificio resistente y firme se requieren buenos materiales, una buena fundación y, sobre todo, una planificación sólida… eso investigamos en nuestra columna. Tenemos acceso a un universo de herramientas y soporte… construye tu vida según fundamentos que te permitirán transformarte en alguien resiliente y confiable.
EL PUNTO a la i
El historial de la columna está en cdots.substack por si quieres revisar artículos anteriores.