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¿Quién preside el CNE?

“Mientras exista una Fuerza Armada como la que hoy tenemos: antiimperialista, revolucionaria y bolivariana, la oposición nunca podrá ejercer el poder político en Venezuela. ¡No pasarán! Yo creo que es bueno que lo entiendan” Vladimir Padrino López, dixit.

Ante semejante atrevimiento y paladino pronunciamiento me afané en infructuosa búsqueda del fundamento constitucional, legal o reglamentario en el cual pudiera haber encontrado el general Ministro de la Defensa por lo menos “un chorro de agua” del cual asirse. Y no lo encontré porque no existe.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela  establece, con meridiana claridad, las atribuciones de la Fuerza Armada Nacional y los derechos de sus integrantes.En el 328se leeque es “una institución esencialmente profesional, sin militancia política”, que “está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. Y el 330 reconoce a sus integrantes activos la condición de ciudadanos al otorgarles el “derecho al sufragio”.  Pero hasta allí. No lesda el derecho a tener militancia partidista ni el de la vocería de la institución del Estado entre  cuyas atribuciones destaca la coordinación de la actividad política y los procesos electorales, es decir el CNE.

En el pronunciamiento de Padrino López debe ser considerado lo siguiente: primero, que proviene de un militar obsecuente devoto del intergaláctico Hugo Chávez, corresponsable del desastre económico y la demolición de valores fundamentales de la sociedadiniciada por el difunto y continuada por Nicolás llevándola hasta una ruina, sólo comparable con la de algunos  países del mundo, aún enzarzados en guerras de “tierra arrasada”; segundo, que parece considerarse predestinado, nadie sabe por quién, a ser propietario de la voluntad ciudadana; y tercero: algo que viene a ser como derivación de lo primero y segundo por lo de la predestinación, que el atrevido pronunciamiento bien podría tenerse como un desliz, producto del temor a ser despojado del alto cargo y sus privilegios; el no saber qué podría hacer al día siguiente, cuando tendría que vestir traje de civil porque en ese empaque ¿quién lo reconocería y cedería el paso? Cuando no sabría a donde dirigirse, porque en Fuerte Tiuna no tendría  nada que hacer y si allí fuere, no habría soldados en formaciónpresentando armas a su paso. O no quiere continuar detrás del trono. Y… ¿entonces?

“Ahí está el detallé”, certera expresión del gran Cantinflas. Porque nadie sabe lo que carga el general ministro en la forniturao en el morral de faena. ¿Serán obuses? De serlos, uno ya dio en el blanco. Demolió la fortaleza de Diosdado y perforó la línea de flotación de Nicolás. ¡Qué cosa no! En Venezuela los golpes de Estado son una constante histórica, de  allí que en el pueblo siempre se haya dicho:“los militares son leales hasta el minuto en que dejan de serlo”. Los disparos contra la oposición fueron balas de salva para observar la reacción del enemigo. El rechazo por parte de la colectividad democrática  ha sido terminante, se escucha. Lo que no  se oye es ni el susurro de losdos  miembros ¿opositores? del CNE. Debieron tomarlo como si  no fuera con ellos.

 ¡Milagros del dólar y la desvergüenza! diría  mi abuela.

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