¿Quién cortará el nudo gordiano?

La expresión nudo gordiano proviene de una leyenda de la Grecia Antigua según la cual los habitantes de Frigia necesitaban elegir a un nuevo rey y pusieron como requisito para designar al nuevo monarca que este sería el primero que entrase a la ciudad por la puerta Este, acompañado por un cuervo. El que cumplió con estos requisitos fue Gordias, un pobre campesino, quien cuando fue coronado Rey ofreció, a manera de agradecimiento al templo de Zeus, su carro, atando la lanza y el yugo que traía consigo con un nudo tan complicado que nadie podía desatarlo.
Muchos años después, cuando Alejandro Magno se dirigía a conquistar a Persia, al llegar a Frigia le desafiaron a desatar el nudo y, ni corto ni perezoso, optó por alzar su espada y de un solo tirón lo cortó, diciendo en ese momento: “es lo mismo cortarlo que desatarlo”.
Hoy, podemos decir que Guaidó se está convirtiendo en nuestro Alejandro, porque con paciencia, tenacidad, inteligencia y dedicación está desatando el nudo que muchos creían que eternamente iba a tener amarrada a Venezuela a la pobreza, la ignorancia y la desesperanza.
No tuvo que usar la espada para lograrlo, sino la buena voluntad y el deseo de reconstruir a su país con ayuda de todos nosotros, sin exclusiones, salvo de aquellos que persisten en resguardarse en el templo de la intolerancia, la prevaricación, el desprecio a sus semejantes y la violencia.
Pronto veremos cómo nuestro nudo gordiano era otra mentira más, otro engaño con el que lograron por años sujetar al pueblo e impedirle que prosperara en paz y democracia.