¡Qué viva la desigualdad!
La pregunta del foro era directa: ¿una incansable repetición del mismo discurso del engaño, la demagogia y la perversión populista? Y los invitados a responder los profesores Thays Adrián y Luís Marín.
El punto de vista de la CPTamayo y el Centro de Estudios de HistoriActual es conocido: en el período del hombre de la propiedad los esfuerzos en el orden filosófico, económico, político, social tienen el cometido de afianzar, apuntalar y mantener la desigualdad, así como convalidar y justificar la distinción entre poseedores y desheredados.
De esto se ocupan las doctrinas, acuerdos, tratados, negociaciones e instrumentos legales. Las innumerables consideraciones teóricas y consecuentes ejecutorias se destinan a paliar, no a erradicar los males sociales como el hambre-desnutrición-enfermedad-muerte.
Para esto se alimenta el discurso del engaño con «políticas sociales», que supuestamente enfrentan la desigualdad natural que postula Aristóteles. Se nace con condiciones para la sabiduría y los privilegios o con la torpeza propia de la esclavitud. Es la condena de la desigualdad.
Este miserable mensaje ha recorrido la historia del pensamiento a lo largo de la historia de la humanidad sin humanidad. Y hasta las doctrinas tenidas como subversivas, rebeldes y radicales han terminado absorbidas y puestas al servicio de las desigualdades.
Marx denuncia la acumulación como punto de partida de los privilegios y la explotación. Y propone combatirlos con la violencia revolucionaria. Pero la vanguardia de estas luchas se convierte en otra instancia burocrática y de dominación. Y el tal socialismo es continuación del mismo proceso que produce hoy la China o Rusia como potencias del «nuevo capitalismo» para la misma desigualdad.
A 520 años de invasión en este expaís prevalece la misma historia y discurso. Hoy el penoso debate tiene que ver con quién tiene la mejor capacitación para ejercer el engaño-demagogia-populismo en favor de la desigualdad. Y no hay quien tenga mejor formación que el socialismo del siglo XXI.
Un discurso cada vez más probado por este régimen de la falsificación. Y al lado de esta miseria están los cómplices opositores que completan el cuadro de esta nauseabunda desigualdad. Sancho, la fuerza-idea-condición de los iguales está en el porvenir!
@ablancomunoz
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