OpiniónOpinión Nacional

Qué pasará el 10 de Enero…

La transición política en Venezuela después del 10 de enero de 2025 se presenta como un escenario complejo pero plausible, marcado por múltiples actores internos y externos. El actor interno por excelencia será el pueblo venezolano, siendo el externo, EEUU y su nuevo presidente: Donald Trump.

Analicemos los distintos escenarios teniendo en cuenta actores y factores de poder, capaces de quebrar la coalición dominante. Análisis no voluntaristas o dependiente de la variable personalidad, que deben ser fácticos, realistas, considerando las fortalezas, debilidades, oportunidades o amenazas de cada escenario.

Escenario 1: Negociación y transición pactada.

Existen actores y circunstancias que pudiesen obligar al acatamiento de nuevos acuerdos. En términos de empoderamiento y capacidad de forzar un pacto de transición, valoramos las alianzas extranjeras que mantiene la oposición vs los aliados del régimen, más la posibilidad de generar una movilización interna de la sociedad venezolana. 

María Corina Machado, como líder opositora y representante de una mayoría descontenta, podría impulsar un cambio institucional. Su liderazgo ha atrapado no sólo la razón y la consciencia de la gente, sino su corazón. Esto facilita la migración de militantes del chavismo para evitar un colapso institucional. En otro sentido, sus últimos mensajes se han dirigido muy especialmente a las fuerzas militares y policiales del Estado, donde habrían los mismos descontentos y desobediencias que registra la sociedad civil. 

Nicolás Maduro, presionado por sanciones, aislamiento y allanamiento de sus propios aliados [caso Siria] podría aceptar una negociación a cambio de garantías para él y su círculo cercano. Edmundo González-quien cumple con una relevante agenda internacional-recibido incluso como Jefe de estado, podría moderar las tensiones, facilitando la articulación de posturas entre facciones opuestas. Edmundo tiene reconocimiento interno y externo como presidente electo el pasado 28J-24, por lo cual sería un actor fundamental en la transición de poder. 

Cuba tendría interés en mantener su influencia, pero podría apoyar una transición  si asegura mantener acuerdos económicos claves. Rusia y China-aliados estratégicos del régimen-probablemente busquen una solución que preserve sus inversiones y acceso a recursos naturales. Brasil y Colombia podrían actuar como mediadores en el proceso, buscando detener el éxodo de venezolanos a sus países (que arrecia). 

Donald Trump jugaría el rol de componedor, es decir, desanudar el nudo gordiano de la fuerza y la violencia, recurriendo a ciertos estímulos económicos y políticos. En este sentido Trump podría valerse de su capacidad de persuasión y acercamiento a actores como Putin, para triangular soluciones en varias direcciones como la guerra con Ucrania, el conflicto del medio Oriente [Israel, Siria, Irán, Qatar] para equilibrar el mercado petrolero y aliviar los costos energéticos. Europa lo celebraría y apoyaría esta recomposición. Como sentenció Alejandro Magno,  al conquistar Frigia [Turquía] y verse obligado a desatar el nudo gordiano: “es lo mismo cortarlo que desatarlo«.

Un gobierno de transición supone tres objetivos: i.-Relegitimación de los poderes públicos y de las autoridades del Estado; ii.-Amnistía y libertad plena para todos los presos políticos más cese de la persecución y iii.- Garantías de gobernabilidad y coexistencia política con el chavismo-madurismo. Este escenario supone la celebración de mega elecciones supervisadas internacionalmente, desmontaje de sanciones y reforma constitucional.

Escenario 2: Estancamiento político y continuación del status quo

En este escenario, Maduro continúa utilizando el aparato estatal y las fuerzas de seguridad para consolidar su control. María Corina Machado enfrenta un entorno represivo que limita su capacidad de movilización y acción política. Edmundo González quedaría en un papel itinerante como Presidente Electo en el exilio. Su rol sería mantener a Venezuela en la agenda internacional, impulsar la defensa de los DDHH y la investigación ante la Corte Penal Internacional. El éxodo se intensifica.

Cuba, Rusia y China mantendrían su apoyo económico y estratégico a Maduro, aunque con límites debido a posible reedición de sanciones y restricciones internacionales. Colombia y Brasil buscarán mantener la estabilidad fronteriza y una agenda de diálogo, pero con resultados marginales. EE.UU. retorna a la máxima presión sancionadora, pero sin lograr cambios internos significativos, generando más crisis humanitaria y migratoria. Ante esta reedición de consecuencias negativas a su política de fronteras [Trump] podría revisar el asunto sanciones pidiendo a cambio fecha de dimisión, amnistía y garantías de gobernanza. 

Lo interesante de este escenario-aún sugiriendo la continuación del status quo-son las limitaciones temporales. Un mayor deterioro económico, social y político, combinado con el aumento de la migración y el aislamiento internacional de Venezuela, pondría acelerar un quiebre de las lealtades al régimen. En caso de llegarse a acuerdos de levantamiento de sanciones a cambio la salida de Maduro, se presenta un escenario de vigilancia de la transición política, donde actores de las FFAA serían los garantes de la transición. Es preciso considerar que las negociaciones serían con otros agentes transaccionales del régimen. 

Escenario 3. Ruptura violenta y cambio forzoso de régimen

En este caso, una combinación de factores internos y externos genera un colapso violento del régimen. Maduro ha demostrado resiliencia para permanecer en el poder, pero gobernar dependiendo de la represión no dura. Fracturas dentro de las FFAA y el chavismo radical podrían facilitar la salida de Maduro. La oposición, liderada por Machado, podría capitalizar el colapso institucional para asumir el poder. Edmundo González liderará el movimiento ciudadano de cambio desde Miraflores como Presidente electo. No se descarta una transición transaccional con toma de poder de facto. 

A lo externo, E.UU. intensificaría su apoyo a movimientos opositores con asistencia técnica, humanitaria, logística y económica. Rusia y China podrían intervenir diplomáticamente para proteger sus intereses, pero no estarían dispuestas a involucrarse en hechos de fuerza. Cuba intentaría proteger sus acuerdos estratégicos, mientras que Brasil y Colombia se enfocarían prevenir un conflicto regional. Un cambio abrupto de régimen supone un elevado costo humano,  episodios de violencia y riesgo de caos institucional.

Escenario 4: Consolidación autoritaria con apoyo externo

Maduro logra consolidar su régimen con el respaldo de aliados internacionales, endurece la represión, desmantela los vestigios democráticos y coopta a sectores de la oposición moderada. María Corina Machado sería marginada políticamente y forzada al exilio. Edmundo González quedaría en el exilio con un apoyo internacional más simbólico que real. EEUU observa distante, evita la entrada migratoria y apuesta a una estabilidad en Venezuela asumiendo un laissez faire et laissez passer [dejar hacer, dejar pasar], de riendas cortas.  

Cuba, Rusia y China intensifican su respaldo logístico, económico y diplomático. Brasil y Colombia se limitarían a declaraciones diplomáticas sin acciones concretas. Venezuela se convierte en un estado aún más autoritario, aislado y dependiente de sus aliados internacionales, con un profundo deterioro económico y social, con una fragilidad  inevitable de su coalición.

La transición política en Venezuela después del 10 de enero 2025: ¿Estado autoritario o regreso a la democracia?

Decíamos que los análisis deben obedecer a hechos plausibles sobre la base de la experiencia y variables de fuerza o debilidad que inclinen la balanza hacia nuevas oportunidades. La experiencia indica que la presencia de Trump significará una acción revisada y corregida de la política internacional. Trump no reeditará su política exterior hacia Venezuela, es decir, no promoverá un nuevo gobierno interino. Tampoco repetirá acciones que condujeron al fracaso de la administración demócrata respecto a Caracas. 

El análisis Trump como vector de cambio en Venezuela, no  se ajusta a los “sinsabores” de recientes declaraciones sobre el Canal de Panamá, Groenlandia o Canadá.  La Doctrina Monroe [América para los Americanos] a nuestro criterio no resume, reduce o identifica a plenitud el slogan MAGA. El tema va mucho más allá. Habría que incorporar matices de la visión de realpolitik de Kissinger, como la protección de los intereses norteamericanas de cara a un mundo caótico y anárquico, donde podría haber una buena dosis de apertura por una parte [China, Rusia, Venezuela, aunque la narrativa aparente otra cosa] e intervencionismo por otra como sanciones, aranceles, presencia estratégica en territorios aliados . “América primero” si resume una política exterior [Trump] entre elocuencia, finta y realidad. 

Trump ha puesto sobre la mesa y en la vitrina un estilo desenfadado de negociación. Todo o nada [para obtener la porción de lo que desea]; suma cero y terminar sumando lo que busca sin poner en cero al contrario, o despido, con miras a restituir si es necesario.  [Trump] dice ir por el “Canal de Panama” para obtener ajuste de tarifas a barcos con bandera americana.  Pone a Canadá de ‘Estado 51’, para bajar los subsidios que el gobierno de Ottawa concede a productos canadienses que entran a EEUU, o lanza que comprará Groenlandia, buscando un aliado geopolítico fundamental. Es decir, va por goleada para ganar así sea por penaltis. Con Venezuela busca detener la migración y la criminalidad hacia EEUU. Queda claro que debe propiciar un cambio de régimen para contener la migración, favorecer el suministro de petróleo, eliminar la servidumbre de droga y estabilizar la región. Lograrlo colocará a la Casa Blanca en una inevitable triangulación [realpolitik] con Rusia, Irán y China, y sus tentáculos en Cuba, Nicaragua y Venezuela.  La disyuntiva: intervención, liberación o sanciones. 

El 10 de enero de 2025 marca un punto crítico para Venezuela: consolidar un estado autoritario o emprender una transición hacia la democracia. La comunidad internacional carece de instrumentos reales de prevención y protección, por lo que los tratados de protección de los DDHH a pesar de prever clarísimos mandatos de tutela, lamentablemente son letra muerta. Dependemos entonces de una negociación más eficaz. 

Países como Rusia, China, Irán y Cuba, juegan en el tablero y cumplen su rol como factores de apoyo financiero, tecnológico, militar y represivo. La oposición asemeja unidad pero está dispersa. Sus liderazgos-María Corina Machado/Con Venezuela y Edmundo Gonzalez/Plataforma Unitaria, luchan cada día para lograr objetivos tradicionales pero también sudan para despejar cargas divisorias. La consolidación de un frente unido es fundamental, por cierto, conditio sine qua non para armar una agenda cohesionada, coherente, eficaz y articulada con EEUU.   

El rol de Estados Unidos es crucial.

La política de Washington enfrenta desafíos.  Washington-de manera bipartidista-ha respaldado a la oposición venezolana, aunque con críticas por su falta de coordinación y efectividad. Un mayor apoyo técnico, tutelar y logístico a María Corina Machado es crucial. Pero también es fundamental que la propia Maria Corina y Edmundo Gonzalez demuestren capacidad de unificar, congeniar e incluir a otros actores de oposición. Al escribir estas líneas Edmundo Gonzalez estaba en Washington. Debe mantener la aproximación bipartidista con Biden y Trump.  

La influencia de Estados Unidos será determinante, pero deberá adaptarse a un enfoque más equilibrado que combine sanciones con incentivos para los actores internos del régimen, más unidad real en la oposición. Al final, el desenlace estará condicionado por la capacidad de la oposición para articular una estrategia unida y emotiva, como la firme voluntad política de la comunidad internacional para facilitar una solución negociada al conflicto. La falta de consenso y apoyo internacional podría conducir a una política de relajación unilateral de sanciones para contener la carga migratoria. La Corte Penal Internacional no puede seguir en modo de mutis. 

En resumen es muy posible que el 10 de Enero 2025 no ocurra en Venezuela lo que mucho se ha dicho, se espera o se ha ofrecido. Pero lo más probable es que después del 10 de Enero 2025, fecha en la que debería iniciarse un nuevo mandato presidencial con un nuevo presidente electo conforme lo decidió el pueblo el 28J-2024, venga acompañado de factores, actores y circunstancias que generarán la oportunidad de oro para lograr la anhelada transición. Ya ha sucedido en el pasado reciente. El tema es aprovechar el momento con sentido de unidad, madurez política y desprendimiento. 

@ovierablanco

[email protected]

Presidente de Venamerica

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba