¿Que los mueve?
Seguramente se dirá el lector que para poder saber “que los mueve” primeramente es necesario establecer a quien o a quienes. Por lo cual, paso a señalar que por lo que respecta a España me refiero a Zapatero aunque también a Sánchez. Pero trasladado a nuestro continente encuentro al menos tres figuras que me parece que pueden ser situadas en el mismo plano. López Obrador en Méjico, Petro en Colombia y Lula en Brasil.
El movimiento que realizan frente al hecho político más reciente que ha tenido lugar en Venezuela, que es desde luego el aplastante triunfo de Edmundo González frente a la pretensión doblemente reeleccionista de Nicolás Maduro, es buscar una excusa, un argumento, que les permita desconocer la realidad, porque seguramente quien me lea convendrá en que las muestras que de su triunfo exhibió Nicolás Maduro, particularmente la decisión del TSJ, lo que hace es confirmar su derrota, al pretender priorizar una decisión que no le corresponde al TSJ por encima de la que corresponde al Poder Electoral del cual emanan las actas exhibidas por María Corina Machado.
Por otra parte, le resulta imposible a Maduro y al madurismo exhibir actas del Poder Electoral que muestren algo distinto a lo que ya fue exhibido por María Corina Machado, pues ello equivaldría a calificar de falsas esas actas y desde luego el tiempo para hacerlo ya transcurrió; y lo que es peor venirlo a hacer ahora, es anunciar que van a elaborar actas falsas para presentarlas como auténticas, lo que convertiría en falsas las presentadas por María Corina, cuando toda la comunidad internacional le solicitó desde el primer momento que exhibiera las actas, acción que era lo que podríamos llamar de “entrega inmediata” porque las actas de los resultados electorales se elaboran al momento de concluir el tiempo de las votaciones, lo que implica que presentar ahora actas falsificando los resultados, es prueba de que no fueron elaboradas al tiempo en que concluyeron las votaciones, que fue en el día ya lejano cuando se efectuó el acto electoral al tiempo que le imposibilita pese a su aspiración y a la aspiración de sus seguidores, que estas actas puedan servir para que prevalezcan sobre las presentadas al tiempo cuando se cerraba el acto electoral.
Los requerimientos hechos a Maduro para que presente las actas tienen un doble origen. En aquellos que ven con beneplácito el triunfo de Edmundo González, la satisfacción de sentir que su exigencia no puede ser satisfecha; y que tal exigencia no puede serles negadas porque sería tanto como proclamar que “no importa lo que digan las actas, sino lo que importa es lo que diga yo, Maduro. En aquellos que no lo verían con beneplácito lo que esperan es darse tiempo para “reinventarse un triunfo” que no encuentra espacio en lo ya ocurrido, pero si en la necesidad de elegir de nuevo, porque el presidente electo falleció antes de tomar posesión.
Lector, llámame la atención, reclama que escriba sobre lo que anuncié en el primer párrafo. Sobre lo que los mueve. Desde luego los mueve el ansia de poder; y desde luego el debate político es una competencia por el poder y quien no se sienta llamado a competir por el poder está desde luego descartado de la competencia.
El asunto es que quien no acepte las reglas de la competencia también queda descartado, porque esas son las reglas, que fueron entre nosotros que no había reelección y la constitución que redactaron para Chávez se la dio por una vez; y cuando la quiso indefinida el pueblo se la negó, pero el TSJ se amañó para pasar por encima del voto popular y modificó la constitución y su inclinación ante el deseo de Chávez revirtió por retruque en Nicolás Maduro. Y ahora me dirán, que hablé en el primer párrafo sobre lo que movía a Zapatero y a Sánchez y no he dicho ni media palabra. Bueno lo que los mueve es la posibilidad de reelección indefinida. Esa posibilidad traducida al alma del ser humano ¿saben ustedes cómo se llama? ENVIDIA.
