¿Qué hubiese cambiado si…?
En nuestro medio son escasos los analistas políticos equilibrados. La mayoría no puede evitar el sesgo de simpatizar por determinada tolda. Además, abundamos los opinadores quienes somos aún más parcializados. Lo inaceptable es descalificar innecesariamente a quienes piensan diferente. Con frecuencia se afirma que determinada acción fracasó porque era equivocada o porque el tiempo no era propicio, pero no se analiza qué hubiese cambiado si no se hubiese realizado. Revisemos algunos casos.
Muchos critican las intervenciones militares, pero no todas han sido malas. Si no hubiese ocurrido la del 18 de octubre de 1945, el gomecismo se hubiese prolongado, con presidentes que designaban a su sucesor y el voto universal hubiese demorado en ser aprobado. Sin la intervención militar del 23 de enero de 1958, la dictadura perezjimenista hubiese perdurado varios períodos más. Desde luego también hubo intentos de golpes injustificables.
Algunos opinadores achacan la tragedia que vivimos a la defenestración de Carlos Andrés Pérez y culpan al grupo de “los notables” y a la antipolítica, obviando que la responsabilidad fue de su conducta y de los dirigentes de los partidos políticos. Si CAP hubiese terminado su período, de todos modos Caldera habría ganado la elección y posteriormente Chávez, ya que, con razón o sin ella, los ciudadanos estaban cansado de AD y de Copei.
Si no se hubiese producido el paro petrolero de abril del 2002, al cual se sumaron posteriormente la CTV y Fedecámaras, no hubiese ocurrido el 11 de abril, cuya masacre obligó a los militares a solicitar la renuncia a Chávez, aunque después lo repusieron en Miraflores, y Pdvsa se salvó por unos meses de ser tomada por los rojos. Curiosamente pocos mencionan ese paro exitoso. Sin el paro cívico de diciembre del 2002, Chávez y Alí Rodríguez hubiesen de todos modos tomado Pdvsa por asalto. Y si los trabajadores hubiesen permanecido en sus puestos serían cómplices de la corrupción, de los accidentes y de las malas decisiones gerenciales.
Algunos piensan que si no se hubiesen eliminado las filiales petroleras operadoras para crear una sola empresa, le hubiese sido imposible o al menos difícil a Chávez tomarla, ya que eran “un escudo protector contra la politización”. Sin embargo, no toman en cuenta que el presidente de la República es quien designa a la Directiva de Pdvsa y esa directiva es la que nombra a los presidentes y directores de las filiales. Por otra parte, se olvida que los trabajadores del Banco Central, del Metro, de Edelca, de la Cantv no se sumaron al paro y sin embargo todos ellos, así como muchas industrias y fincas fueron tomadas por la “revolución”. Es decir que un régimen totalitario no tiene límites.
Otros sostienen que si no se hubiese producido la abstención en las elecciones parlamentarias del 2005, Chávez se hubiese debilitado. Sin embargo, no analizan que, debido al debilitamiento de la oposición y al populismo del régimen, la dirigencia política estaba segura de que no obtendría más de una docena de diputados.
Superficialmente, algunos predican que si hubiésemos votado en las elecciones de gobernadores, en las espurias de la Asamblea Constituyente y en la de mayo, ya Maduro sería cosa del pasado. Son solo buenos deseos. Los ciudadanos se niegan a votar en las condiciones impuestas por el CNE y perciben que el régimen no está dispuesto a entregar el poder, a menos que aumente la presión interna y externa. Además, muchos de los dirigentes de la oposición no convencen.
Algunos declaran que si tuviésemos otra dirigencia ya tendríamos democracia. Aunque hay argumentos para criticar a los nuestros, principalmente por no unirse y por no deslindarse de algunos militantes que restan, por decir lo menos, como el diputado José Brito, hay que entender que el régimen tiene los fusiles, la mentira y la corrupción como armas. Como no tiene escrúpulos y no duda en asesinar, logra mantenerse aunque en forma precaria.
Las protestas de los años recientes son satanizadas por ciertos opinadores por los asesinatos que ocasionó el régimen, pero no consideran que manifestar es un derecho y un deber. De no haber ocurrido, hoy no tendríamos el apoyo de los países democráticos, los cuales catalogan a Maduro como dictador.
Si hubiésemos permanecido pasivos, esperando que el régimen caiga por efecto de la fuerza de gravedad, las generaciones futuras nos tildarían de pusilánimes. Se debe reaccionar cuando violan la Constitución, se atropellan los derechos de los ciudadanos y se intenta imponer un sistema político y económico que ocasiona miseria. Esperar “el momento propicio” que garantice el cambio es de acomodaticios, de cobardes o de cómplices. Tenemos que unirnos, presentar una opción de gobierno y seguir protestando.
Como (había) en botica: Aunque haya sido una farsa electoral, quienes votaron el domingo y quienes se abstuvieron tienen sus razones y merecen respeto. El asesinato por efectivos de la Dirección de Contrainteligencia Militar del venezolano Charlie Peñaloza de la etnia pemón es repudiable. El régimen sigue violando el derecho a la vida. Solidaridad con el diputado De Grazia. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!