Prometeo Encadenado y Liberado
Prometeo (Προμηθεύς o “previsión”), según la mitología griega, en particular en la narrativa de Esquilo, fue uno de los Titanes y era conocido como el amigo de los mortales. Los Titanes (Τιτᾶνες} y las Titánides (Τιτανίδες) eran unas deidades, también conocidas como gigantes que reinaron en el universo antes de la llegada de los Dioses del Olimpo. Prometeo, Titán de segunda generación, se alió con Zeus, el principal Dios del Olimpo, para acabar con los Titanes. No tardón en distanciarse de Zeus, a quien desafió, considerándolo enemigo de los mortales a quienes les trajo el fuego, cosa que desató la ira de Zeus, quien le ordena a Hefesto y éste, a pesar de ser familia de Prometeo, obedece la orden del dios del Olimpo, bajo temor de ser castigado, si no acepta, y lo encadena a una roca donde deberá permanecer eternamente.
Las Oceánidas, diosas fluviales, hijas de hijos de Tetis y Océano, acuden a consolar a Prometeo y éste les dice que por el hecho de que él les dio el fuego a los mortales se ve sometido al yugo que le infligió Zeus. Como sabe que Zeus conoce sus profecías, seguramente acudirá a él para que le diga cómo se le pretenderá despojar de su condición de rey de los dioses del Olimpo. Prometeo condiciona la revelación a que se le libere de sus cadenas.
Océano, el padre de la Oceánidas también visita a Prometeo y le aconseja que no injurie a Zeus y le promete ayudar a que lo liberen; el Titán encadenado le sugiere a Océano que no se ocupe de su tragedia. Después explica cómo benefició a los mortales, dándoles el fuego, e importantes habilidades, como giran las estrellas, el uso de la escritura, de los números, y tantas cosas más que influyeron en el desarrollo de lo mortales, todo lo cual hizo crecer la cólera de Zeus.
Zeus se refiere a la profecía de Prometeo según la cual será destronado. Su cólera crece y hace que Hermes visite a Prometeo para exigirle que aclare la profecía. Prometeo le dice a Hermes que Zeus podrá liberarse si lo libera de sus cadenas
Finalmente, Hércules llega y, como uno de sus doce trabajos, libera a Prometeo de sus Cadenas. No se sabe mucho de la vida de Prometeo después de liberado; lo que sí se sabe es que Zeus nunca más lo molestó.
La mitología griega se ha visto reflejada en los nombre de sitios geográficos. Es así como el estrecho del Bósforo o de Estambul, que separa a la Turquía europea de la asiática tiene origen mitológico es así que proviene del Βόσπορος (βοῦς bus= ‘buey’ y φόρος fóros= ‘transporte, pasaje’), refiriéndose y hay referencia al lugar que, cómo vaca, vadeó la ninfa convertida en vaca por la ira de Hera, la celosa esposa de Zeus. En cuanto a la relación de Ío con Prometeo se resuma que Ío, al visitarlo cuando estaba encadenado el le había predicho todo su recorrido, eso como vaca picada sin cesar por un tábano, llegando hasta Egipto.
Si extrapolamos el mito de Prometeo a los tiempos actuales, podríamos decir que Prometeo es una entidad que lucha para proteger a los seres humanos –esos mortales defendidos por el Titán− contra otra entidad que sería Zeus, que tiraniza, priva de libertad, tortura, lleva a la ruina y la penuria. Hay modernas Oceánidas, hay Hermes que interceden para evitar confrontación con quienes encarnan a Zeus pero también hay une Hércules liberador que no es otro que el pueblo democrático amante de una libertad que no quiere perder, que también está formado por organizaciones de defensa de los derechos humanos, de países que se oponen a reinados de Olimpo en la tierra. Como en el mito de Prometeo, el émulo de Zeus será destruido, tal vez por su propia gente cómo lo narró Esquilo.