Presidentes de Mercosur: recuerden a Ushuaia
Cuando los Presidentes de Mercosur se reúnan en Caracas este 28 de Julio, es necesario recordarles el compromiso histórico logrado en la región al aprobarse el Protocolo de Ushuaia que consagró la clausula democrática como testimonio en honor de los demócratas que lucharon en Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay contra regímenes militares En los últimos años, parlamentarios de los países miembros de Mercosur se negaron a ratificar el ingreso de Venezuela al Mercosur si no se le exigía el cumplimiento de la Cláusula Democrática. Algunas de las Cancillerías de esos países argumentaron ante sus Congresos, que era el Estado es el que entraba y no el Gobierno, y que el cumplimiento de la cláusula democrática se exigiría pero “solo se podía hacer, siendo miembros del Tratado”.
Ahora que están reunidos en Caracas, no pueden dejar de cumplir el imperativo democrático y escuchar a los voceros del Estado venezolano y no solo a los representantes del Gobierno. Los Mandatarios deben indagar las denuncias de la represión militar que vive actualmente Venezuela y que muestra un régimen que incumple las exigencias de Ushuaia en relación al compromiso democrático. Tienen que escuchar a los Gobernadores y Alcaldes de oposición en la reunión paralela del Foro Consultivo (FCCR) que preside al Gobernador Francisco Rangel Gómez y en especial reunirse con los Alcaldes electos que se encuentran indebidamente presos: no solo con los Gobernadores y Alcaldes oficialistas. Tienen que reunirse con parlamentarios como María Corina Machado a quien se le despojó injustamente su curul sin el debido proceso. Tienen que hablar con el ex Alcalde Leopoldo López, injustamente detenido. Tienen que hablar con el Gobernador de Miranda Henrique Capriles; y con el Alcalde Metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, quien debería recibirlos en su condición de autoridad electa de la ciudad Capital Tienen que oír a los empresarios y a los trabajadores, ya que se trata del Mercado Común del Sur. Tienen que escuchar las denuncias de miles de jóvenes sometidos a juicio por exigir sus derechos cívicos y denunciar la crisis económica, social, política y ética que vive el país. Tienen que escuchar la voz de la Conferencia Episcopal Venezolana y el mensaje de Paz y Dialogo propuesto por el Papa Argentino. Tienen que indagar sobre el trágico saldo de muertos, torturados, heridos o sometidos a prisión injustificadamente, que se equipara a las situaciones que habíamos denunciado durante la nefasta etapa de los regímenes militares que enarbolaron la Teoría de la Seguridad Nacional en los países de Mercosur y finalmente tienen que pronunciarse sobre el papel de los militares y su nueva Doctrina sobre la “democracia” venezolana.
Los Presidentes de Mercosur que nos visitan, tienen una gran responsabilidad y no pueden limitarse a expresar una solidaridad automática con el Gobierno, sin escuchar a los indignados y sin dar las garantías de que con el Protocolo de Ushuaia se procure una solución pacifica inspirada en los valores de la libertad y del pluralismo. De no actuar así, contribuirían a enterrar el gran logro alcanzado en los países de Mercosur. Estos hechos no son desconocidos, porque la prensa de sus respectivos países ha retratado la grave situación venezolana y los parlamentos de los países miembros han adoptado resoluciones o recibido en sus Comisiones de Política Exterior a destacados voceros de oposición, a quienes luego el Gobierno los acusa de “traidores a la Patria”. Ahora les toca a los Presidentes de Mercosur la difícil tarea de exigir que se cumpla el Protocolo y el espíritu de Ushuaia.