Preguntas, preguntas, preguntas
Tengo más preguntas que respuestas en este asunto de los primos Flores. “El caso” le ha dado varias vueltas al mundo en menos de una semana. Cuando escribo estas líneas el gobierno venezolano no se ha pronunciado, ni oficial ni extraoficialmente. Solo Tania Díaz desestimó que “hubiera noticia”. No me explico cómo para una periodista “no sea noticia” que los sobrinos de la pareja presidencial hayan sido detenidos bajo los gravísimos cargos de posesión y tráfico de cocaína. Pongamos que sean inocentes y que los cargos sean infundados. En cualquier caso no deja de ser noticia. El silencio, lo que logra, es crear más suspicacias.
La primera pregunta que me hago es si esa cautela, prudencia o silencio lo hubieran mantenido si se hubiera tratado de los familiares de algún connotado opositor. Imaginemos que los involucrados hubieran sido sobrinos de Henrique Capriles, de Leopoldo López o de María Corina Machado. ¿Hubiera dicho Tania Díaz que “no había noticia”?… La verdad, lo dudo.
La segunda pregunta es cómo salió ese avión de Maiquetía… ¿será que no revisan las aeronaves donde viajan familiares de los altos funcionarios? Mal hecho… muy mal hecho. Todos los que hemos viajado en avión sabemos cuán pesados se ponen los funcionarios de la Guardia Nacional. Y no me quejo, sé que están cumpliendo con su deber, pero deben cumplir su deber con todos, no obviar a nadie, sea quien sea. Más aún con el antecedente del avión de Air France en septiembre de 2013. En aquella oportunidad, a la GN que detiene a aviones por horas para revisar los paquetes de Harina PAN que la gente que viaja lleva en sus maletas, se le pasó por alto un alijo de 27 (o 31) maletas llenas de panelas de cocaína.
La tercera es por qué los implicados llevaban pasaportes diplomáticos. Nunca había escuchado que se le dieran esos pasaportes a la familia extendida de la pareja presidencial. Si es así, van a tener que empezar a recoger pasaportes expedidos a quienes no califican para tenerlos.
La cuarta pregunta se refiere a la aeronave. ¿Quién es el dueño? ¿Sabría para qué la estaban usando? ¿Cuántos otros viajes se habrán hecho en el mismo estilo? ¿Por qué devolvieron el avión y a los otros tripulantes? Hay demasiadas incógnitas y los venezolanos tenemos el derecho a estar informados.
La quinta pregunta se refiere al juicio. ¿Quién va a defenderlos? Porque un bufete neoyorquino cobra todos los dólares del mundo por defender a un implicado, más si es por posesión y tráfico de drogas. ¿Se quedarán solo con el defensor público al que tienen derecho, o contratarán a una firma de abogados? Corren rumores de que ya habían contratado a Squire Patton Boggs, LLP y que están cobrando por adelantado $10 millones. Y si fuera así, ¿con qué dinero los pagarán? ¿Tiene tanto dinero la familia Flores? Lo pregunto además, porque como supongo que no los tienen, no quiero que el pago vaya a salir de mis impuestos (ni de los impuestos de los demás). En otras palabras, del Tesoro Nacional que se ha convertido en una suerte de caja chica.
Por otro lado, aún cuando los imputados no son dos ciudadanos cualesquiera, rechazo la actitud de quienes han salido a acusar a Cilia Flores y a Nicolás Maduro de ser narcotraficantes. Y lo hago sencillamente porque como en mi familia ha habido de todo, no me gustaría que me acusaran por los desmanes o zanganerías de otros. Pero la cercanía familiar con los imputados hace que la pareja presidencial tenga que ser absolutamente transparente en el manejo de “el caso”.
La sexta pregunta es una mera especulación: ¿se destaparán más ollas?…
@cjaimesb