Precipitación o Paciencia
Cuando me refiero a precipitación quiero decir actuar de inmediato, impulsivamente frente a una circunstancia que a uno se le presente. A veces puede ser conveniente y/o necesario, pero muchas otras nos pueden conducir a errores, y otras irreparables. Por el contrario, hay veces en las que se debe actuar con paciencia, pues hay que esperar el instante preciso para acabar con todo lo negativo de la circunstancia.
Cuando se requiere actuar de inmediato hay que atenerse al dicho “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Es así que cuando a uno se presenta un deber, debe cumplirlo y si es una decisión impostergable, debe tomarla. Es una precipitación necesaria, pero otra cosa es cuando no conviene la premura.
Un ejemplo de precipitación lo tuvimos en el 2002, cuando Chávez había renunciado y estaba preso, pero lo impulsivo de las decisiones que se tomaron impidieron que se reisntaurara la democracia. De haberse tenido tan solo un poco de paciencia se habrían podido lograr acuerdos negociados, sin haber pensado en lo que los romanos llamaban vae victis, el dolor de los vencidos.
Otro ejemplo también lo vemos cuando por el celular recibimos una información que puede ser agradable o desagradable, y la pasamos de inmediato a los chats que tenemos sin habernos preocupado por saber si la información es cierta o falsa, si se trata o no de los que llaman “fake news”.
Cuando hay que tomar decisiones importantes no hay que apurarse, para lograr lo que se quiere hay que hacerlo lentamente. Los franceses dicen “Hâte-toi lentement” (apresúrate lentamente) y los italianos “qui va piano va lontano” (quien va despacio, va lejos).