¿Por qué sembrar valores?
La ONU a nivel mundial y la OEA a nivel regional tienen años trabajando por un mundo y una región más humana, mejor. Sin embargo las sociedades cada día están peor y los ciudadanos pagamos las consecuencias, pobreza, inseguridad, guerra, y todo eso que padecemos y parece no tener fin. Se ha preguntado usted alguna vez ¿por qué pasa todo esto? La tecnología crece mientras el humanismo cada vez está más amenazado. La injusticia social aumenta y con ella peligra la paz. ¿Por qué vivimos en estas condiciones que parece no tener fin? Ni los países con mayor desarrollo económico viven hoy en paz. ¿Cuál es entonces el virus que conspira y amenaza el bienestar colectivo en todos los países? Vamos a identificarlo para así poder enfrentarlo en beneficio del ser humano.
Se invierten recursos económicos en muchos países y el humanismo sigue afectado porque la riqueza no puede solventar problemas que son de otra naturaleza. Pase revista de los países económicamente desarrollados y comprobará que ellos tampoco viven en paz. Estados Unidos y Europa son dos ejemplos. Algo muy grave sucede que está afectando la convivencia humana. ¿Qué es ese algo? La humanidad toda está enfrentando la falta de valores cuya siembra ha sido olvidada y ahora estamos pagando las consecuencias. Tenemos que regresar a sembrarlos. Veamos cómo.
La persona humana es hija de Dios, el Padre común, lo que nos otorga una dignidad superior que exige se le respeten los derechos que corresponden a esa dignidad. La familia humana nace con el matrimonio de un hombre y una mujer que con los hijos constituyen la célula de toda sociedad. El sexo libre o el divorcio destruyen las familias y con ella a la sociedad. Un costo muy alto se paga con la desintegración de las familias. La educación primaria tiene lugar en el seno mismo de la familia y despues es complementada por la escuela. Pero si la familia es destruida por el divorcio ¿cuál es la enseñanza que los padres le transmiten a sus hijos? Despues la escuela trata de enseñar los valores que la familia destruyó con el ejemplo de los padres tarea ésta bien difícil porque debe enfrentar y criticar la conducta de los padres que rompieron la unidad familiar. Esta falta de valores termina afectando también a la actividad política que deja de tener como meta el Bien Común al servicio del colectivo y nace eso que llamamos los “enchufados” que no aspiran a un cargo público para servir al ciudadano sino para servirse ellos mismo. Muy grave son las consecuencias de la falta de valores en una comunidad. La persona humana pasó de ser hijo de Dios a esclavo por su desvalorización. La familia es destruida, los hijos copian el modelo aprendido de sus padres y lo reproducen y así la siembra de valores no es posible. La educación, impartida por maestros nacidos de familias destruidas, pierde calidad y la nueva generación es víctima también de una enseñanza sin valores. Este vacío doctrinario es despues utilizado por los políticos para llenarlo con el adoctrinamiento partidista y así apoderarse de la juventud para que sirva sus intereses que son contrarios al Bien Común. Pero como ha sido desvalorizada…
La consecuencia de todo esto la podemos ver en el espejo de este mundo que vivimos o mejor que padecemos. Son dos los valores que este mundo conserva y para los cuales vive. Uno es el dinero para tener más poder y el otro es el poder para tener más dinero. Los empresarios se anotan entre los primeros y los políticos, sean de izquierda o de derecha, se anotan entre los segundos. Poder para tener más dinero o dinero para tener más poder. Y entrampado así camina el mundo por la falta de valores cristianos y humanos. Mientras no se siembren no podremos cosechar sus frutos.
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