¿Por qué no sirven los partidos políticos en Venezuela?
Hay otra lección pendiente en el país, el de las organizaciones políticas, llámense partidos, movimientos o cualquiera sea su denominación, es mera semántica, al final el objetivo es el mismo, obtener el poder y mantenerlo.
Estas organizaciones en Venezuela tuvieron en sus inicios (década de los 30) su paréntesis ideológico, luego su discurso y accionar se blindaron de demagogias y populismo… es lo que impera hoy día. Así “el partido” se fue convirtiendo en un club de privilegiados (élites, cúpulas, enchufados o como quiera definirlos), para el pueblo se convirtió en una oportunidad de conseguir algún empleo, alguna posibilidad de entrada económica, así sea momentánea, mientras dure la campaña (clientelismo pues).
En depuradas cuentas, es por ello que las organizaciones políticas en Venezuela poseen como principal característica la desconexión con la Venezuela real, con el abordaje de lo que es realmente necesario, trascendental.
Sí sumamos esta concepción social partidista con el pernicioso culto a las personalidades políticas tenemos un coctel que genera embriaguez política, electoral, que no deja resultados favorables sino para aquellos que resulten investidos de poder.
Por tal motivo, podemos apreciar que en las naciones donde la calidad de vida es muy elevada, las organizaciones políticas pasaron hace tiempo las estériles páginas de lo meramente ideológico, de lo etéreo, hoy día debaten sobre los problemas reales, por ejemplo; cómo recabar y maximizar el uso de los impuestos, solucionar problemas de salud, de jubilaciones, eficiencia de servicios públicos, transparencia, entre otros, cada organización política ofrece a sus ciudadanos planteamientos de cómo solucionar los problemas que los afectan y cómo aprovechar de mejor manera las potencialidades con que cuentan, al mismo tiempo, ponderan en justa balanza el perfil cualitativo, la experiencia de los candidatos… todo ello proporciona gestiones públicas fuertemente conectadas con las necesidades reales, los gobernantes se ven en la obligación de generar resultados palpables.
Aquí en Venezuela la relación partido-candidato-elector es dramáticamente distinta, la oferta electoral nada importa, puede ser tan inexistente como irreal, tampoco se premian los méritos o mellan los desméritos, estamos sufriendo las agrestes consecuencias de votar por candidatos encapillados por “efecto portavión” o por solidaridad automática con nuestra tolda partidista, así, Venezuela es un país donde el pueblo es quien entretenidamente trabaja, se desvive por los partidos, por los gobernantes, cuando debe ser exactamente lo contrario.
La única manera que nuestros partidos nos sirvan es obligándoles a que sus ofertas electorales vayan de la mano con las necesidades sentidas de la población, prestar atención al perfil de los candidatos y una vez en el poder exigirles resultados palpables ¡es la única manera! sino seguirán siendo cogollos que solo benefician a sus allegados y las instituciones públicas continuarán siendo guaridas partidistas.
@leandrotango