Por lo repentino y las circunstancias, un interés dudoso
Tanto Maduro como su séquito saben con exactitud, que el régimen del presidente extinto, y ahora el suyo, heredado a la cañona y luego ratificado mediante una detentación abusiva y procaz, tan evidentes en elecciones amañadas, sobre las dudas justificadas e indudables que provienen del Norte, además de otros confines, salvo de sus afectos definidos sobremanera, Washington no tolera despropósitos; mucho menos, si se obran intencionadamente y por malcriadez o tozudez recurrentes y evidenciadas con aversión y odio viscerales, aparte de un carácter díscolo, surja como por arte de magia o de algún milagro divino, una iniciativa aparente de dialogar con el gobierno de EEUU, justo en momentos cuando Citgo estaría a punto de subastarse al mejor postor, no por mala administración de su junta ad hoc, sino por los desaciertos incurridos entre los años 2007-2012 a cargo del presidente extinto, resultados de un ultranacionalismo exacerbado y haber roto relaciones desde 2019, pretende a poco menos de un mes de las elecciones, sobre las que Washington ha insistido en que sean inclusivas (competitividad),retomar los contactos
No obstante, EEUU lo ha acogido un “diálogo de buena fe” para “mejorar relaciones”. De la actividad cumplida por videollamada se ha llegado a un primer acuerdo de trabajar para “ganar confianza y mantener un diálogo de manera respetuosa y constructiva”. No obstante, tal actitud bastante extraña del presidente Maduro, conociéndole por sus desvaríos, nos deja un cierto sinsabor en torno a la ejecución de tales acuerdos cualesquiera sean, vistas las elusiones del acuerdo de Barbados, que ha evidenciado por el acoso inquisidor, al violar sus Derechos Civiles previstos en la CRBV hacia miembros prominentes de la oposición, con detenciones arbitrarias y bloqueo mediático ante las encuestas que dan por ganador irrebatible al doctor González Urrutia.