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Póquer y política

A propósito de los rápidos movimientos del secretario general de Unasur para reagrupar los países de esa organización alrededor del zarandeado gobierno de Nicolás Maduro, caben unas reflexiones propias del animado juego de la política. Ernesto Samper no parece haber sido seleccionado por razones ligeras al cargo que hoy ocupa. Es un hombre experimentado y amigo de sus amigos, lo que llegado el caso puede ser un activo promocional útil.

Antes de la declaración del presidente Obama calificando al gobierno de Venezuela como «seria amenaza contra la seguridad de la potencia norteamericana», el sedicente gobierno bolivariano parecía haber llegado al aislamiento más ominoso. El universal fracaso del pomposo socialismo s XXI es tan sorprendente que de sus respaldos iniciales van quedando vestigios trémulos. Quienes sincera o insinceramente lo recibieron con atabales, palmas y fuegos de artificio discuten hoy su destino, entre decepcionados y confusos Maduro y el loado fundador de la causa, agotaron el reservorio de los pretextos con excusas cada vez más inverosímiles. La estructura de todas ellas es siempre la misma… la misma lata: conspiraciones fantasmales, magnicidios para regalar, golpistas externos coludidos con los internos.

Jamás presentaron pruebas creíbles (¡qué digo «creíbles», pruebas a secas!) pero no les ha quedado más que seguir agitándose en la red. Agotada la urdimbre argumental, siguen hilando la fantasía a punta de sonoridades discursivas que cansan más que seducir. Irritados, han poblado las cárceles de presos de conciencia, disparan armas de fuego contra estudiantes inocentes y multiplican las violaciones a los DDHH, lo que no dejó indiferente al sistema jurídico internacional y a las activas organizaciones de derechos humanos, convertidas hoy en la conciencia del mundo.

Con las encuestas dictaminando por adelantado la derrota que lo espera en las parlamentarias, y perdiendo fuerza las intrigas contra la MUD, a Maduro apenas le queda la opción racional y conveniente para el país de aceptar su derrota, a menos que se disponga a usar todos los recursos del ventajismo para tratar de revertir la voluntad popular. Siempre que acate el resultado, disponga usted, señor presidente.

La declaración del presidente Obama fue recibida por el angustiado gobierno bolivariano como maná caído del cielo.

Calificar a un país cuyo régimen lo lleva a la pobreza, como «grave amenaza» para la potencia más fuerte del universo es una enormidad difícil de tragar. Es correcto y plausible que el gobierno estadounidense haga uso de sus legítimas facultades para congelar fondos dentro de su propio país, que puedan ser de origen criminal o castigar en su territorio a violadores de derechos humanos, cualquiera que sea su nacionalidad. Bienvenido que lo siga haciendo.

Lo que emocionó a los partidarios del régimen venezolano fue ver nada menos que al primer mandatario gringo referirse en esos términos a la humilde revolución. Ni cortos ni perezosos se aferraron a semejantes palabras para recuperar la iniciativa perdida y justificar nuevas tropelías destinadas a aplazar la confrontación electoral que sin duda perderán.

Se revolvieron las manías. La «invasión gringa», en primer lugar, que no se les cae de la boca y con la indispensable ayuda de Samper ha encendido el fuego en Unasur en busca de solidaridad y respiro. Los presos seguirán presos. Nuevas víctimas los acompañarán. Ni un solo marine pisará tierra venezolana aunque los mandamases y sus seguidores los denuncien todos los días, escondidos detrás de cada árbol.

Podemos esperar quién sabe qué de un presidente que usará la Ley Habilitante para espantar a manotazos los imaginarios rebullones que como nube de mosquitos no dejaban descansar al alumbrado Juan Primito de Rómulo Gallegos. Un gobierno saturado de presuntos corruptos contra los cuales no mueve un dedo, entre otras cosas porque son gente de poder. Un gobierno capaz de sepultar indefinidamente en la cárcel a quienes lo adversen, a sabiendas de que no tiene manera de enjuiciarlos.

Supongo que los mandatarios de Unasur conocen los antecedentes judiciales de Samper. Es verdad que no fue sentenciado porque el senado de mayoría liberal no permitió que el juicio siguiera adelante. Y también lo es que el Expediente 8000 está repleto de videos, testimonios, confesiones que acusaban a este hombre y hacían esperar en su país y en el hemisferio que fuera sentenciado. Eso sí, en debido proceso con el derecho de defenderse en cualquier estado o grado de la causa. Es decir, lo que se le niega a Ledezma, López y decenas de exiliados y perseguidos.

Ciertos principios procesales fueron consagrados por la Humanidad en defensa de los débiles jurídicos, los desasistidos de fortuna, influencia y poder. Y entre ellos el de la presunción de inocencia. Nadie es culpable hasta que esa condición no sea declarada mediante sentencia definitivamente firme. Debido a eso no digo que Samper sea culpable, no; simplemente que su inocencia no fue clarificada porque el juicio no continuó.

En «La Opera de dos centavos» de Bertolt Brecht, un personaje, apodado Mackie, flota en nebulosas trapisondas. Siempre está por ahí, pero como sabe deslizarse nadie lo acusará.

Un juglar canta:

Los caimanes tienen dientes
que no tratan de esconder
pero Mackie no nos muestra
su navaja, yo lo sé

Los caimanes cuando matan
rojos quedan por demás;
pero Mackie lleva guantes
¿quién su crimen notará?

En la margen de los ríos
gente muere por doquier
¿Es la peste? ¡Quién lo sabe!
si anda Mackie hay que ver

No prejuzgo, pregunto: ¿no había otro capaz de inspirar confianza para ocupar un cargo que pide compromiso, verticalidad, imparcialidad?

Un líder del cual nadie pueda decir:
Si anda Mackie, hay que ver.

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Un comentario

  1. Américo; Si el régimen chavista, bajo cuerda y desde hace años, le vende uranio a Irán, país forajido donde rigen los Ayatolahs de forma repugnantemente antidemocrática, y tratan de fabricar sus propias bombas nucleares (para lo cual necesitan del uranio, que Chávez y Maduro les facilitan): ¿No constituye una amenaza para los EEUU, un régimen forajido que es cómplice del otro régimen forajido, con un empeño preocupante y gravísimo de ser potencia nuclear? Irán es una amenaza en especial para Israel, para sus vecinos del medio oriente, e incluso para Europa, por el alcance de los cohetes que ya tiene. Por supuesto que Maduro y su combo, procastristas manejados desde La Habana, tratan de sacar el jugo a esa declaración de Obama, en el anacrónico sentido en que el Embargo de los 60 fue manipulado por Fidel para -trastocado en BLOQUEO por la prestidigitación demagógica del criminal mito-, servir de excusa permanente para el estancamiento en todos los sentidos que sufrió Cuba, y la hizo una pordiosera constante (de la URSS, del chavismo, incluso CAP mandó sus reales a Fidel, en un arrebato de megalomanía, de los que atacaban con frecuencia al gocho). Sabemos que el libreto del chavismo es copia del castrista, de manera que así Obama enmudezca, van a seguir en su comedia antiimperialista, porque ese es el guión de esta mojiganga (aunque sus tutores anden firmando acuerdos allá en La habana, para sobrevivir con el auxilio directo de los dólares estadounidenses, en virtud del levantamiento del Embargo que acordó Obama, para complacer al arrinconado Raúl Castro, a quien si no le sale bien esta negociación, se lo puede llevar en los cachos, la inconformidad de las nuevas generaciones de cubanos, que no se chupan el dedo, ni creen en Sierra Maestra, Fidel ni pajaritos preñados !!).

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