¡Piedad para ellos!
Es una tragedia la que viven los trasplantados y quienes esperan por un trasplante. Muchos trasplantados han perdido o están a punto de perder los órganos porque en Venezuela no hay inmunosupresores. Durante mucho tiempo tomaron Prednisona veterinaria, pero ya ni eso hay. Desde el día uno en que se dejan de tomar, el cuerpo comienza el proceso de rechazo, hasta que éste se hace irreversible. La revolución “de los pobres, por los pobres y para los pobres” está matando a quienes menos recursos tienen. Porque habrá quienes los puedan traer o encargar al exterior. Pero la mayoría, no. Y eso contando con que no se los decomisen cuando llegan a Venezuela, como les ha pasado a tantas personas.
Todos los trasplantados deben tomar de por vida los inmunosupresores y éstos no deben ser cambiados. Si fuese necesario cambiarlos debe hacerse mediante un estricto protocolo y realizar exámenes médicos diarios, luego semanales, quincenales, mensuales para saber cómo está el órgano. Estos exámenes no se están llevando a cabo por que no existen los reactivos en el país.
Quienes esperan ser trasplantados -digamos de riñón, que es uno de los trasplantes más comunes- también suben por un calvario con su cruz a cuestas. Hace dos años (la última vez que MinSalud publicó cifras) había más de 17 mil personas en diálisis, pero ya los centros de diálisis no se dan abasto. No hay Eritoproyectina ni lo básico necesario para que se puedan dializar… En vez de tres veces a la semana se están dializando una y eso hace que todo el cuerpo se deteriore más rápido.
Los trasplantes que se han realizado de vivo a vivo se han hecho en clínicas privadas, donde las personas deben correr con todos los gastos, inclusive el de comprar los medicinas fuera de Venezuela. Para poner un ejemplo, una caja de Celcept (uno de los inmunosupresores) puede costar hasta 80 euros y dura menos de un mes.
En este momento hay gente comprando sangre para poderse dializar, puesto que la sangre que está en los hospitales –por la falta de reactivos- no está chequeada para detectar si tiene alguna enfermedad.
Hay 400 personas que deberían ser trasplantadas ya, pero la lista de espera y los trasplantes están suspendidos, ya que Fundavene (el organismo del Estado para los trasplantes) no está realizando la procura. Además, sería irresponsable trasplantar si luego no hay como garantizarles las pastillas de por vida a estos pacientes … Y esto es sólo el caso de quienes esperan por un riñón. Hace dos años había 50 personas en lista de espera por un hígado y 3500 por córnea. Hoy debe haber más, pero ninguna se puede operar.
El IVSS es el único ente autorizado para entregar los medicamentos, pero lleva 8 meses sin entregar nada. El gobierno debe millones de dólares a los laboratorios que los traían.
La Junta Directiva de la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela, ONTV, junto a la Sociedad Venezolana de Nefrología, están trabajando con las uñas para ayudar, pero no es suficiente. Han traído catéteres de nefrología para el Hospital de Niños. Los casos de pequeños esperando por trasplantes que no se realizan son dantescos. Encima, parece que hay un caso de difteria confirmado. Si no se mueren de mengua, podrían morir de difteria.
También la ONTV limpió el tanque de agua de la planta de ósmosis, pero el gobierno les prohibió volver a hacerlo. El artículo 83 de la Constitución consagra el derecho a la salud, pero para estos pacientes ya no existe. Aquí hay dinero para un sinfín de necedades, pero no para salvar vidas. ¡Piedad para ellos!
@cjaimesb