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Petróleo y gasolina regalados

Desde que el comandante ¨eterno¨ decidió vender petróleo a precios subsidiados a los países de la ALBA y de PETROCARIBE, la mayoría de estos países no sólo mejoraron sus economías, sino que hoy disfrutan de un crecimiento superior al de Venezuela, a cuyo Fisco Nacional dejaron de ingresar, según cálculos de algunos especialistas, unos 18 mil millones de dólares, con los que se hubiesen podido resolver problemas como la educación y la salud en nuestra nación. En estos momentos con el agua al cuello el gobierno de Maduro busca fórmulas y asesoramiento para aumentar el precio de la gasolina, sin pagar un precio político después de arruinar sueldos y salarios de los venezolanos, que atraviesan la peor crisis social y económica de nuestra historia republicana, por la inflación más alta del mundo, una escasez sin precedentes, que incluye alimentos y medicinas.

Y lo más alarmante es que piensan aumentar el precio de la gasolina a los venezolanos, pero no dicen nada acerca de qué van a hacer con la regaladera de petróleo a Cuba, que experimenta mejorías por sus nuevas relaciones con los Estados Unidos y el mundo occidental, sin descartar China ni Japón, y a los demás países que conforman la ALBA y PETROCARIBE, a los que debieran cobrárseles las deudas que tienen contraída con PDVSA y venderles a precio de mercado internacional. Y no por falta de solidaridad latinoamericana, sino porque sus economías están en mejores condiciones de desarrollo que la nuestra.

Y lo más grave es que a Venezuela le hacen falta dólares para cumplir compromisos con acreedores nacionales e internacionales, dólares que en parte los pueden obtener con el cobro de la deuda de los beneficiarios de los regalos que estableció el comandante extinto para buscar apoyo internacional a sus sueños de líder continental. Y lo que menos necesita son los bolívares que recibiría por el aumento del precio de la gasolina, porque, además de la maquinita de fabricar bolívares en que el gobierno ha convertido al Banco Centra (BCV) es factible que se siga consumiendo casi la misma cantidad del producto y queden muy pocos barriles para vender en dólares en el exterior.

En Venezuela ricos y pobres somos dueños del petróleo que está en el subsuelo, de donde lo extraen PDVSA y las transnacionales socias –que el gobierno ha contratado pero que trata de ocultar, por su antiimperialismo ideológico, al que le vende y cobra de contado en dólares gran parte de la producción- que operan en la Faja Petrolífera del Orinoco y por Ley deben obtener sus dividendos, pero la regalía pertenece a los venezolanos, aunque siempre la han administrado los gobiernos sin consulta con la ciudadanía, para aumentar los ingresos del Fisco Nacional e incluso para el tráfico de influencias.

Con la caída de los precios del petróleo se acabó la posibilidad de seguir regalando los hidrocarburos que producimos, se golpeó seriamente a la economía rentista y le hizo descubrir al gobierno –aunque parece demasiado tarde para su supervivencia- que es necesario impulsar una economía productiva, nacional, para el consumo nuestro, reducir la importación, promover la exportación y generar riqueza y empleos de calidad de los habitantes del territorio venezolano. ¡Amanecerá y veremos!

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