Petróleo: el fracaso de una política
El presidente de facto predica que Estados Unidos quiere invadirnos porque necesita nuestro petróleo. La realidad indica que, por una política errada, tuvimos que importar entre enero y noviembre del año pasado 28.395.000 barriles de productos refinados procedentes de Estados Unidos, según estadísticas de la US. Energy Information Administration (EIA). Además, este año le compramos al mismo ¨imperio¨ 547.925 barriles de petróleo liviano y adquirimos cantidades no divulgadas a Rusia, Angola, Argelia y Nigeria.
No debe extrañar que en un momento determinado una empresa que produce y refina petróleo, compre crudo y productos derivados. Lo importante es que explique las razones y que se justifique económicamente. Según comunicado de Pdvsa de octubre del 2014, han sido importaciones puntuales de crudo ligero para mezclarlo con nuestro extrapesado en razón del ¨aumento de la producción y por el mantenimiento de uno de los mejoradores de Jose¨.
Estas excusas solo reflejan el fracaso de los rojos. Lo apropiado hubiese sido intensificar la producción de nuestros livianos, de los cuales todavía existen considerables reservas y, paralelamente, construir ¨mejoradores¨ adicionales a los que estableció la Pdvsa meritocrática. Como consecuencia de no haber tomado esas medidas, las importaciones de petróleo liviano se han hecho rutinarias, con el consiguiente desembolso de divisas para adquirirlo.
Otro error fue aumentar la participación de Pdvsa en las Empresas Mixtas de 40 % al 60%, con el demagógico argumento del control y de la soberanía. Como es sabido, eso se puede lograr mediante los estatutos. Lógicamente, ahora tiene que aportar más dinero y, como no lo tiene, pide prestado a los socios o no invierte y la Empresa Mixta se estanca. Transformar los Convenios Operativos en empresa Mixtas fue también una mala decisión.
En cuanto a refinación, la política roja consideró que era más importante el mercado de Cuba, Jamaica y República Dominicana que el de Estados Unidos y Europa. Por ello vendieron nuestra participación en tres refinerías en Estados Unidos ( 221.000 b/d) y cinco en Europa (223.000 b/d ), a cambio de adquirir participación en refinerías en Cuba ( 32.000 b/d), Jamaica (17.000b/d) y República Dominicana ( 17.000 b/d). En total perdimos 378.000 b/d de capacidad de refinación, además de un buen mercado y excelentes socios.
En relación al suministro a otros países, los rojos no consideraron que tendríamos escasez de divisas. Por ello fueron excesivamente generosos no solo en cuanto a las condiciones de financiamiento, sino al convenir la posibilidad del pago en especies y en servicios. En el 2014, se despacharon en condiciones preferenciales 208.000 b/d, de los cuales 89.400 b/d fueron a Cuba a cambio de médicos, entrenadores y suministro de medicinas y 24.600 b/d a Nicaragua que llegó a pagarnos parcialmente con pantalones. Renegociar estos contratos generaría ingreso de divisas para adquirir medicinas y alimentos, en cambio el aumento de la gasolina no soluciona nada y genera aumento del costo de la vida. .
En cuanto a recursos humanos la política roja ha sido utilizar a Pdvsa como fuente de colocación de sus militantes. La fuerza laboral, en Venezuela, pasó de 69.284 trabajadores (40.955 en nómina y 28.329 contratados) en el 2001 a 172.824 en el 2014 (116.806 en nómina y 25.598 contratados que trabajan en actividades petroleras y 30.320 en nómina de actividades no petroleras). Tenemos entendido que en el 2015 aumentó aún más el personal.
Fuimos el segundo país productor y el primer exportador de petróleo. Hoy ocupamos el doceavo lugar entre los productores mundiales y el octavo entre los exportadores. Según cifras suministradas por Pdvsa a la OPEP, al 16 de enero de este año solo producía 2.558.000 b/d, mientras que en el 2001 la Pdvsa meritocrática producía 3.267.000 b/d. Según el régimen «somos una potencia petrolera porque tenemos las reservas más grandes del mundo». Es cierto que nuestras reservas son cuantiosas, aunque no de la magnitud inflada que reporta Pdvsa, sin embargo el problema es que nuestra producción disminuye aceleradamente y esas reservas pueden quedarse bajo tierra. Algo equivalente a no tenemos comida, medicinas ni repuestos pero «tenemos patria».
Como (había) en botica: Los demócratas siempre estaremos agradecidos a Oscar Arias, expresidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz. En artículo anterior a la elección del presidente de la Asamblea opiné que era preferible elegir a alguien que no tuviese tanto rechazo entre los simpatizantes del difunto pero que votaron por la MUD o se abstuvieron. Reconozco que me equivoqué. Ramos Allup está haciendo un excelente trabajo. A menos que actúe otra Tibisay, en Bolivia ganó la democracia. Hurra por Quiroga y por todos los bolivianos ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!