Peninsularidad venezolana, control social e inconexiones aéreas
Ilógica sobremodo, la exposición de la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (ALAV) sobre una merma en algo más de un 50 por ciento de conexiones aéreas de Venezuela con el orbe, pues la medida “política” e insana prohibitiva de aerovías con Panamá, RD y Perú, vigente desde el 31/7 pasado, hemos perdido más de la mitad de las conexiones internacionales y quedamos casi íngrimos; situación que también repercute negativamente, sobre nuestra economía; incluso, sobre el campo laboral y las rentas del Estado. Tal desvarío “temporal” en contra de una supuesta intromisión de “gobiernos de derecha” por el fraude electoral consumado el 28-J, representa cerca de unas 15 mil butacas/semana desiertas a bordo. A dicha decisión política retaliativa e ilógica se agrega, asimismo, una prohibición de vuelos desde y hacia España/Venezuela, tan solo por un reconocimiento oportuno y loable que el congreso español hizo a Edmundo González Urrutia al aceptarle, incontinenti, como presidente electo de la República.
Para llegar a Venezuela con pasajeros o carga los vuelos tendrían que efectuarse mediante enlaces con Bogotá, T&T o San Vicente y las Granadinas.
Aclaremos que los países con prohibiciones de vuelos desde y hacia Venezuela sirven de enlace o alternancia para algunos destinos a Europa, Norteamérica, así como para la mayoría de países de la cuenca pacífica. Por tanto, la medida más que un error craso conlleva una aberración crítica, interpretable como ignorancia del concepto de comercio internacional ya que una ruptura diplomática no implica ni justifica taxativamente, supresión de conectividades aéreas, a menos que exista una amenaza beligerante que afecte a la seguridad nacional, tal y como es el caso de los países de Medio Oriente a raíz del conflicto Hamás-Israel.
