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Pasó, pasa y pasará
Muchos creían que no pasaría, pero pasó lo que era previsible desde 1999. Una minoría fanática todavía niega lo que está pasando. Lo mismo dijeron muchos después de la Segunda Guerra. Sin embargo, como dice Timothy Snyder, ¨es posible que no conocieran exactamente lo que pasó en Auschwitz, pero no es posible que no conocieran del asesinato masivo de judíos¨.
Guardando las enormes distancias, es posible que aquí algunos ignoren o tengan dudas sobre casos de asesinatos y de torturas cometidos por el régimen de ¨la cabra loca¨. También puede que tengan dudas sobre si existen presos políticos y exiliados, pero hay otros hechos tan evidentes que son hipócritas quienes aleguen desconocerlos.
¿Quién puede negar que antes había alimentos, que no era necesario hacer colas para adquirirlos y que estaban al alcance de la mayoría?
¿Quién puede negar que las empresas apropiadas por el régimen o las que constituyó y las que prestaban apoyo a la producción están quebradas? ¿Quién puede negar que los precios de los alimentos están por las nubes como consecuencia de la escasez inducida por el régimen al invadir fincas y no garantizar la seguridad personal y jurídica de los productores y pretender que trabajen a pérdida? Las fotos de Arlette Montilla, publicadas por El Nacional son testimonio de cómo se redujo el poder de compra.
¿Quién puede negar que no se consiguen medicinas y que los hospitales están en el suelo? ¿Quién puede negar el deterioro de la educación y el estrangulamiento a las universidades no controladas por los rojos? Quién puede negar que no hay repuestos, que el suministro de agua está muy por debajo de la demanda y que la calidad es pésima, y que los racionamientos de electricidad se deben a la corrupción en la adquisición de plantas termoeléctricas?
¿Quién puede negar que miles de empresas privadas cerraron por la política de acoso del régimen y que cada día miles de ciudadanos deben incorporarse a la buhonería o al bachaqueo?
¿Quién puede negar que miles de ciudadanos han sido asesinados por el hampa y por la policía y que las condiciones en las cárceles son infrahumanas para la mayoría y un paraíso para los pranes protegidos por las autoridades?
¿Quién puede negar que el régimen endeudó al país, hizo regalos a gobiernos que consideró amigos y la pérdida de valor de nuestra moneda?
¿Quién puede negar que la producción de petróleo, hierro, aluminio, carbón, cemento y oro desciende cada año?
Todo esto pasó y está pasando. Afortunadamente el país político y el país nacional reaccionaron y el régimen está próximo a finalizar. Lo mantienen semi sumergido el fanatismo de unos pocos con el apoyo de Padrino y de unos cuantos magistrados que quieren hundirse con el barco. Maduro habla de diálogo para ganar tiempo e invita a algunos de sus amigos, pero veta la venida como mediador del canciller del Vaticano.
No es «políticamente correcto» declarar que no se negocia, pero cuando la intención de una de las partes es destruir la democracia representativa hay que exigir compromisos previos. No basta con demandar el referendo revocatorio, la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados. Necesariamente los rojos tienen que aceptar el reconocimiento de las decisiones de la Asamblea Nacional, sustitución de los rectores del CNE cuyos plazos se vencen y destitución de magistrados del TSJ designados ilegalmente. Caso contrario no puede haber ni diálogo, ni negociación.
Lo peor no ha pasado, pero estamos cercanos a un desenlace positivo. Nuestros diputados deben seguir ejerciendo presión y exigir la partida de nacimiento del presidente de facto. Además, algunos dirigentes nuestros deben dejar de tirarse piedras.
Una condición indispensable para la recuperación del país tiene que ser olvidar ciertos agravios y buscar acercamientos con algunos rojos.
No es tarea sencilla, pero tenemos que lograrlo. No es asunto de ser comeflor, ni de ser generosos. Es asunto de la real politik para que haya gobernabilidad. Recordemos que la decisión de impedir que el difunto se fuese para Cuba para poder juzgarlo por la masacre que propició en abril del 2002 era lo correcto, pero no lo apropiado dadas las circunstancias.
Como (había) en botica: Efectivos policiales y de la Guardia Nacional han sido señalados de asesinar, torturar, disparar perdigones, lacrimógenas, repartir peinillazos y encarcelar a ciudadanos demócratas, pero es muy lamentable la agresión a la joven policía Dubraska Álvarez. Ojalá los jefes de la Policía Nacional y de la Guardia Nacional se percaten de que es una reacción de los ciudadanos que están cansados de los atropellos y de que no se les permita manifestar. Deben respetar para que se les respete. La pantomima cívico-militar para intentar amedrentar a la oposición lo que dio fue risa y lástima. Arbitraria la detención de Coromoto Rodríguez. Lamentamos el fallecimiento de Marlene Arias, destacada profesional del área ambiental y compañera de Gente del Petróleo ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!