Pájaro en mano
Viento en popa a toda vela marcha María Corina Machado, pero todavía cruza el amplio mar, avista el puerto pero aún no llega. Como aquel marinero en el carajo de la carabela Santa María que erizó a un ansioso Cristóbal Colón cuando avistó tierra, sólo que no eran China ni Cipango (Japón, donde años después llegó el colega del Papa Francisco, Francisco Javier el santo jesuita evangelizador), sino una pequeña isla. Tierra era tierra después de creerse perdidos en el océano interminable, pero falta aún mucho por conquistar.
También María Corina Machado avista tierra tras su largo e insistente navegar, años en ese cruzar el mar le han dado una experiencia que pocos pueden imaginar, y que desespera a Maduro, Cabello y quienes se ven ya sepultados con ellos, porque los blancos del norte han estado metiendo las manos y no son tan ingenuos como algunos creen, el propio Biden vaya o no a competir por la reelección, duda que proclamó J.P.Morgan, es más experimentado y tramposo que lo que muchos creen. Maduro y Jorge Rodríguez inclusive. Y el petróleo les interesa a todos, aunque venga de esta PDVSA desvencijada.
María Corina Machado tiene el pájaro electoral en la mano pero aún agitando las alas, los otros cazadores se han quedado con las escopetas enmudecidas, pero siguen en el campo, no se resignan. Machado parece saber cómo es la cosa, ella no se deja engañar por islas sino que tiene la mirada fija en el gran Oriente y hacia allá va.
Pero el camino no es sencillo, suponemos que lo sabe aunque digan que más vale pájaro en mano que cien volando.