¿Pacto Cuba- EEUU para facilitar la Transición en Venezuela?
El acuerdo chino-venezolano por el que la empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de dólares para lograr una producción diaria de petróleo en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del mundo), sería un misil en la línea de flotación de la geopolítica global de EEUU (cuyo objetivo inequívoco sería secar las fuentes energéticas de China). Exxon Mobil formaría parte de la Cuarta Rama del Gobierno de EE.UU.,(verdadero Poder en la sombra que toma las decisiones en política exterior) y fue nacionalizada en el 2007 por Hugo Chávez por lo que a instancias de Tillerson, la revolución chavista ya fue declarada “enemiga peligrosa de EE.UU” quien intentará con la Administración Biden que Maduro se perpetúe en el Poder.
Así, tras una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluyeron la drástica reducción de sus compras de crudo a Venezuela con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del Gobierno de Maduro (la venta de crudo representa 9 de cada 10 dólares que ingresan el país) aunado con un desplome de la producción de crudo venezolano, la salvaje especulación para incrementar los precios, el desabastecimiento selectivo de artículos de primera necesidad y la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana, el proceso de “acoso y derribo de Maduro” continuó con la aplicación de sanciones al crudo venezolano para provocar el default o cese de pagos y con la apertura conjunta de EEUU, Perú y Colombia de una base militar en pleno corazón del Amazonas, proyecto conocido con el nombre de Amazonlog 17 cuyo objetivo confeso era facilitar la invasión militar de Venezuela pero que se fue diluyendo tras la cercanía de las Elecciones Presidenciales en EEUU.
Tras el fracaso de las sucesivas iniciativas para derrocar a Maduro, asistimos a la presentación por el Fiscal General de EEUU, William Barr de cargos contras la cúspide chavista a la que acusaban de “tramar una conspiración con las FARC para inundar los Estados Unidos de drogas”, al tiempo que ofrecían una recompensa millonaria en dólares que oscilaba entre los 10 y los 15 millones por “facilitar informaciones que permitan el arresto y enjuiciamiento de la cúspide chavista”, entre los que se encontraban Maduro, Cabello Diosdado, los generales retirados Carvajal Barrios y Clíver Alcalá así como el Ministro de Industria, Tareck el Aissami.
Dicha operación naufragó nuevamente debido a la asunción de las riendas del Poder por la cúpula militar, quedando Maduro como mero testaferro de la herencia bolivariana pero dado que se ha conformado una Asamblea Nacional controlada por Maduro que le permitiría perpetuarse en el Poder y visto la división e inoperancia de la oposición, la Administración Biden dará por amortizado a Juan Guaidó. Asimismo, moverá sus piezas para forzar el exilio a Cuba de la cúpula chavista y favorecer la posterior formación de un Gobierno de Transición integrado por figuras de consenso tanto de la oposición como del chavismo que deberá preparar unas nuevas Elecciones Legislativas y Presidenciales para el 2021 en el escenario postmadurista, consiguiendo Cuba de paso que EEUU suspenda el bloqueo energético a la Isla.