Otro vil asesinato
El asesinato de María Herrera y del diputado Robert Serra quien era una figura pública, un joven electo por pobladores de Caracas a la Asamblea Nacional es una tragedia mas para la aturdida y maltratada psiquis de la nación. Son demasiados los jóvenes y las personas que mueren a diario en Venezuela. La mayoría de los ultimados pasan desapercibidos porque apenas alcanzan una mención en las páginas de sucesos de algunos medios de comunicación. Sus familias se quedan con el dolor y la frustración de saber que un sinnúmero de hechos violentos nunca llegarán a juicio y no se castigara a los responsables ni entenderán la razón de por que la delincuencia en Venezuela actúa con tanta vileza.
Los familiares de Serra, sus seguidores, los ciudadanos que por el votaron y todo el país tiene derecho a saber la verdad de este abominable asesinato. Por qué nos quitan a otro de nuestros jóvenes, a uno de los diputados más jóvenes, a otro venezolano que independientemente de sus ideas también tenia sueños y miraba hacia el futuro con ganas de luchar y de vivir.
El crimen de un diputado, de un dirigente político no es cualquier evento. La causas pueden ser de diferentes y múltiples orígenes por ello una investigación policial objetiva es la que debe predominar. La verdad por muy difícil y dura que sea tiene que prevalecer sobre las pasiones, la politiquería o la polarización. El pueblo Chavista tiene derecho de saber porque y quienes le asesinan uno de su mas jóvenes dirigentes. Los venezolanos tenemos derecho a saber la verdad. Quien o quienes sean los responsables tienen que pagar por tamaña atrocidad. No importa su origen, condición social o lugar en el espectro político.
Una nación no puede vivir en paz mientras le sigan matando a sus hijos, mientras la impunidad prevalezca, mientras que los políticos irresponsables jueguen con el alma de los que sufren por sus seres queridos.